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josemarco

UNA COMARCA DEPRIMIDA

UNA COMARCA DEPRIMIDA

            La comarca turolense de las Cuencas Mineras es una de las más deprimidas de Aragón y una de las más despobladas de España. Viajar de Zaragoza a Aliaga por la carretera de Castellón y por la de Belchite nos ofrece la oportunidad de cruzar esta comarca de norte a sur. Porque, eso sí, es una comarca heterogénea, pero muy castigada por el clima, la emigración y el olvido de las instituciones. Su núcleo lo forman los pueblos que hace unos cuarenta años vivían de la prosperidad de las minas y de la relativa riqueza que proporcionaba el carbón. Pero estas excavaciones se fueron agotando o fueron perdiendo rentabilidad y los habitantes de Escucha, Montalbán y Utrillas buscaron otras alternativas o emigraron a la capital. La que ha salido mejor parada es Utrillas, que se ha convertido en epicentro comarcal, gracias a las instalaciones de la fábrica Casting Ross o a la reciente fábrica de Espuña. Escucha mantiene todavía una central térmica y Montalbán ha buscado otras alternativas. Pero, ¿qué ocurre con el resto de la comarca? Su contemplación desde las penosas carreteras invita al desánimo y al pesimismo: pueblos semiabandonados, campos yermos, casas semiderruidas y calles desérticas.

            Aliaga es un ejemplo de este progresivo abandono y deterioro. Hace veinticinco años – fecha más que redonda – se cerró la central térmica, porque decían que no era rentable. Pero no se buscaron alternativas. Pocos se pronunciaron abiertamente contra la situación. Recolocaron a los trabajadores en Zaragoza, Teruel y en otros pueblos y aceleraron desde entonces el proceso de prejubilación. Ahora quedan muy pocos en activo. La mayoría regresan el pueblo en verano y recuerdan el pasado con nostalgia. Lo peor de todo es que no ven claro su futuro ni el de sus hijos. El pueblo ya no es lo que era, a pesar de que ha habido intentos de revitalizarlo. Tal vez se ha llegado demasiado tarde. Unas veces por problemas ecológicos, otras por intereses particulares; el caso es que ahí sigue como una momia el esqueleto de la central, ahí continúa un embalse cada vez más anegado de barro y de desechos, ahí están los dos barrios prácticamente vacíos. Sólo los dos meses de verano salvan un poco a esta población. Y, como Aliaga, podemos encontrar a todos los pueblos de La Val, del valle del río Martín o de la sierra de Cucalón. ¿Regenerarán esta zona entre Endesa y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas? ¿Continuarán las ayudas del plan Miner? Todo son incógnitas, mientras el tiempo pasa y los jóvenes se alejan para siempre de su lugar de origen.

  

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