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josemarco

NOVIEMBRE ATÍPICO

NOVIEMBRE ATÍPICO

   Avanza noviembre sorteando las nieblas y los fríos. Y las primeras heladas. Se acerca ya el mes de diciembre – inicio oficial del invierno – y da la sensación de que una primavera casi perpetua se está prolongando. Sólo se nota el otoño por las mañanas y al anochecer. Las ropas de abrigo siguen en el armario, aunque por la calle se ve de todo: ropa de verano y ropa de invierno. Los mayores no recuerdan algo similar. Al menos, eso dicen. Y los medios de comunicación insisten en el problema del calentamiento global del Planeta. ¿Qué Tierra heredarán nuestros descendientes?   

   Recuerdo noviembres fríos, gélidos, heladores. Hace cinco años estrené un tramo de la autovía mudéjar flanqueado por la nieve y con hielo en la calzada. ¿Será un año especial? O tal vez sean ciclos que se repiten cada cien o doscientos años. Porque, al parecer, el otoño de 2006 entra dentro de los cánones de la normalidad. Al menos, eso opinan algunos meteorólogos. ¿Quién tendrá la razón?  

   Pero, como decía mi amigo Matías, de algo hay que hablar. Y el tiempo es uno de los tópicos permanentes. Aunque haya otros problemas mucho más importantes como el acoso escolar, las obras de la Expo, la esperada tregua o la interminable guerra de Irak…  

  Hay que aprovechar estas tardes cada vez más cortas para disfrutar del sol. Y de la brisa suave. Y del paso implacable de los días. El frío llegará. Seguro. Y entonces nos acordaremos con nostalgia de los atardeceres apacibles de este noviembre aparentemente loco y atípico.

  

1 comentario

ana a. -

Confieso que tengo ganas de ponerme los guantes y la boina.