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josemarco

LA NARANJA, POR LOS SUELOS

LA NARANJA, POR LOS SUELOS

     No hace falta ser un experto en agricultura para comprender el problema. Basta acercarse a los campos de la comarca valenciana de la Ribera para contemplar la naranja colgando todavía en el árbol, sin nadie que la reclame. Se caerá al suelo y servirá de abono para la próxima cosecha. Y así año tras año. Porque los cítricos están en su peor momento. Al agricultor se le pagan dos euros por arroba - unos doce kilos - mientras que el consumidor llega a pagar dos euros por kilo. ¿Quién se embolsa esa brutal diferencia? Dicen que los intermediarios. Y algo de razón tendrán. Ya lo cantaba la Bullonera en los años setenta. Pero la historia sigue y se repite.

     Ayer en Villanueva de Castellón quemaron cajas y cajas de naranja para protestar contra esta situación endémica. Pero nada parece cambiar al situación. El agricultor se desanima. Y sólo piensa en arrancar los árboles o malvender el campo. Porque el futuro de la agricultura está cada vez más negro. Al menos, por estas comarcas. Se debería buscar la equidad. Y premiar el trabajo cotidiano. Y no facilitar el dinero fáci. Y controlar mejor a los intermediarios. Que se esfuerzan y se merecen su recompensa. Pero no tanto. Los perjudicados siguen siendo los de siempre: el agricultor y el sufrido consumidor.

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