LIBRERÍAS DEL SIGLO XXI
La presentación del libro de poemas Aprendizajes tardíos del escritor y crítico Fernando Aínsa me brindó ayer la oportunidad de acercarme a la Librería Cálamo, una de las pocas librerías de Zaragoza que mantiene sus peculiaridades y que ha sabido adaptarse a las nuevas exigencias del siglo XXI. En esta era de la informática y de internet cada vez es más difícil encontrar un espacio de reposo para leer o releer un libro. Y es que la lectura hay que plantearla como un deleite estético, más que como una obligación e imposición. Y este local cultural de la zaragozana Plaza de San Francisco es acogedor y ofrece un muestrario de obras variado y adaptadas a todo tipo de lectores y de gustos literarios.
Tuve ocasión, además, de conocer personalmente al poeta y profesor Manuel Vilas. Manolo ejerció de presentador del libro de Fernando y glosó con gran acierto el sentido y orientación de esta breve pero intensa obra poética. Fernando Aínsa nos habló de Oliete, el pueblo de su padre, la tierra turolense a la que ha regresado después de largas estancias en Uruguay y en París. Y en su casa de Oliete, rodeada de árboles y amenas soledades se inspiró como creador. Sus estanterías repletas de libros son mudos testigos de una labor callada, constante y eficaz. Fernando estaba feliz, rodeado de su familia y de sus amigos de Oliete. Y sus poemas me llevarán a evocar mi infancia en otro pueblo turolense, Aliaga, tapizado de huertas, surcado por dos ríos y rodeado de montañas.
Libreros, librerías, poemas, poesía, vida compartida, viajes imaginados, recuerdos, sueños y un trampolín hacia el futuro.
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