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josemarco

CHARLAS DE CAFÉ (V)

CHARLAS DE CAFÉ (V)

     Santiago Ramón y Cajal reflexiona en el capítulo V de Charlas de Café sobre el genio, el talento y la necedad. Sus ideas giran en torno al comportamiento de las personas sabias, a la valoración o menosprecio del talento en este país y a la pervivencia del genio para la posteridad. He seleccionado algunas de estas sentencias reflexivas:

     - Dice el espiritual poeta Manuel Machado que de diez cabezas dos discurren y ocho embisten. Ello es cosa muy triste; pero es más triste todavía reconocer que la mayoría de las cabezas que embisten tienen razón.

     - El gran defecto de los españoles de antaño fue siempre el desdén hacia el idealismo filosófico y científico. Diríase que las robustas posaderas de Sancho cabalgaron sobre los hombros del genio patrio, obligándole a inclinar cabeza y ojos hacia la tierra.

     - Conócense infinitas clases de necios; la más deplorable es la de los parlanchines empeñados en demostrar que tienen talento.

     - Las cabezas deben juzgarse como los bolsillos. Al hacerlas sonar con las sacudidas de la conversación advertimos en seguida que unas contienen el oro de la sabiduría y del ingenio y otras la calderilla de la vulgaridad y de la rutina.

     - La erudición oportuna que tanto nos seduce en ciertos amenísimos conversadores, no es, a menudo, sino el arte sutil de llevar al interlocutor al terreno de recientes lecturas.

     - Así como el acero, mezcla de hierro y carbono, resulta más eficaz que el hierro puro, el ingenio perspicuo entreverado de algunos defectos amables será siempre preferido al talento irreprochable.

     - Conforme reza la frase vulgar, veneramos y enaltecemos de buena gana el talento o el mérito eminente recién fenecidos; mas, pasada la emoción del momento, solemos enterrar con el difunto hasta la memoria del panegírico. Diríase que el consabido "olor de santidad" dura solamente lo que el "olor a cadáver".

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