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josemarco

UN TUROLENSE ILUSTRE

UN TUROLENSE ILUSTRE

     Albalate, Urrea de Gaén, Aguaviva. Estos pueblos bajoaragoneses de la provincia de Teruel fueron testigos silenciosos de los primeros años de Alfonso Zapater Gil, periodista, escritor, autor teatral, novillero... que nos dejó el miércoles pasado de manera inesperada y al pie del cañón.

      Conocí a este ilustre aragonés en la redacción de Heraldo, a mediados de los años ochenta. Fui a ofrecerle mi colaboración desinteresada tanto en temas aragoneses como en motivos literarios. Me recibió con mucha cordialidad y me escuchó atentamente. Hablamos de varios temas, la mayoría relacionados con la provincias de Teruel: el futuro de las Cuencas Mineras, la despoblación de los pequeños núcleos rurales, las minas a cielo abierto, el reciente cierre de la Térmica de Aliaga sin alternativa alguna para el pueblo... Pocos años después, coincidí con Alfonso en algún acto de presentación de alguna de sus obras. Recuerdo de modo especial la puesta de largo de la excelente serie documental Aragón, pueblo a pueblo. Todo un regalo para los que amamos esta tierra y para los que nos visitan año tras año.

     Pero Alfonso no sólo destacó como un excelente periodista. Le atrajo la tauromaquia, y llegó a ser novillero. Escribió poemas desde muy joven, admiró la jota aragonesa siguiendo la tradición paterna, escribió obras de teatro que se representaron con éxito por todo Aragón por el grupo "La Taguara", dirigido por su mujer, Pilar Delgado. Pero, sobre todo, fue un fiel y atento observador y comentarista de la actualidad. Decía la verdad sin tapujos. Criticaba lo criticable y realizaba una sana autocrítica. Los párrafos de sus artículos fluían con naturalidad, con maestría, con un estilo inconfundible.

     Nos ha dejado un turolense ilustre, pero nos queda su extensa y excelente obra. La lectura de sus libros y artículos será el mejor homenaje que podemos hacer a este aragonés polifacético, inquieto y luchador.

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