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josemarco

EL SEÑUELO DE LAS PROMESAS

EL SEÑUELO DE LAS PROMESAS

     El paréntesis festivo de San Valero - obispo romano de Caesar Augusta desterrado a Huesca por disidente - nos permite a los zaragozanos disfrutar de una mañana fría y soleada. Y aunque intentamos mantener los pies en el suelo y pensar en el presente, no podemos eludir los bombardeos mediáticos desde todos los medios de comunicación ante la cada vez más cercana fecha mágica del 9 de marzo. Prensa, radio, televisión,... Todos confluyen en la misma dirección: el 9M.

     Porque el día de las elecciones generales está ya a la vuelta de la esquina. Los políticos lo saben y aprovechan cualquier resquicio para engordar sus programas electorales, ganarse a los votantes indecisos y explotar al máximo la imaginación. Aunque no hay que tener mucha imaginación para buscar el camino más eficaz hacia el ciudadano. La senda no es otra que la economía. Y es verdad que están acertando en la estrategia. Otro asunto muy distinto es que puedan cumplir sus promesas y sigan adelante con su ambicioso programa durante cuatro años. El ciudadano lo sabe y no es fácil engañarle. Se da cuenta de que una posible bajada de impuestos, una paga extra o una simbólica subida de sueldo no va a sacarle de sus apuros cotidianos. Porque a nadie se le oculta - basta acercarse a los supermercados o a los grandes almacenes - que los alimentos básicos han subido con insolencia en los últimos meses. La mayoría habla de pura y dura especulación. Y no les falta razón. Porque a nadie se le oculta que los tipos de interés no acaban de consolidarse a la baja y que la bolsa va dando trompicones desde hace un par de meses. El ciudadano lo nota y por eso le resbalan las promesas de tipo económico.

     Los políticos tendrán que echarle todavía más imaginación al asunto. Lo que ocurre es que en casi todos los problemas que nos afectan están - eso dicen - con las manos atadas. La subida del petróleo les condiciona y nos amordaza. La economía de los Estados Unidos se tambalea y provoca un terremoto en el resto del planeta. Las heladas echan a perder la agricultura. La sequía encarece la electricidad... ¿Qué tienen que hacer ante todo eso Zapatero, Rajoy y compañía? Que se contenten, de momento, con cuidar su imagen, con mantener a raya el terrorismo y con la tarea más ardua: mantener satisfechas a las 17 autonomías. Ahí tenemos otro talón de Aquiles. Por eso muchos temas se soslayan para después del 9M. ¿Es una buena estrategia? El tiempo lo dirá. Y los votantes. 

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