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josemarco

DECEPCIÓN EN LA ROMAREDA

DECEPCIÓN EN LA ROMAREDA

     Como miles de aficionados, hemos acudido a La Romareda para disfrutar del buen fútbol y, a ser posible, presenciar, por fin, una victoria del Real Zaragoza. Pero no hemos conseguido ni lo uno ni lo otro. Las colas interminables y el mal funcionamiento de los tornos - algo que ya es lamentablemente habitual - no nos ha permitido ver el primer gol del Betis, el equipo visitante. A partir de ahí, todo han sido despropósitos, juego bonito y parsimonioso, falta de actitud en algún jugador y vuelta a los males que se arrastran desde el principio de temporada.

     ¡Qué pena daba ver a algunos aficionados abandonar el estadio media hora antes de concluir el partido, cuando el marcador señalaba un sonrojante 0-3! ¡Qué pena producía contemplar a jóvenes aficionados y a niños con su gorra y su bufanda - algunos acudían por primera vez a La Romareda - con un rictus de tristeza, de aburrimiento y de desilusión.

      Es verdad que aún quedan siete partidos. Es verdad que aún están en juego veintiún puntos. Pero la imagen que ha vuelto a dar el equipo es de segunda división. Me sabe mal por Manolo Villanova, mi vecino de Las Fuentes, porque no se merece esto ni mucho menos. Con lo bien que estaba en el Huesca... Menudo marrón le han endosado. Me sabe mal por esa afición fiel, que ha llenado de nuevo La Romareda. Pero, está claro, jugando así no se va a ninguna parte. Habrá que esperar al último partido de liga para pedir responsabilidades. Pero, es evidente que las cosas se han hecho mal desde el principio. Se ha fichado mal. Se ha ninguneado a jóvenes valores de la cantera. Se ha conjuntado un equipo comodón y sin ambiciones.

     ¡Ojalá se salve el Real Zaragoza! Pero, a pesar de que soy optimista por naturaleza, tengo muy malas sensaciones. ¿Qué tendrá que hacer ahora el entrenador? De momento, poner a los que mejor estén y a los que más se impliquen. Y dejar a los "nombres" o "figurines" en el banquillo o en la grada. Lo malo es que tal vez sea demasiado tarde para adoptar medidas tajantes. Lo que ha quedado patente esta tarde es la respuesta ejemplar de una afición que no se merece este espectáculo.

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