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josemarco

LATIDOS COTIDIANOS (2)

LATIDOS COTIDIANOS (2)

     Hoy la ciudad se ha despertado con otro aire, con otro talante. No sólo es la cercanía del siempre esperado fin de semana, es la inminencia de las fiestas de Zaragoza, de las fiestas del Pilar. En las calles se respira otro ambiente, los escaparates se engalanan y algunas avenidas - Coso Bajo, calle Mayor, paseo de las Damas - lucen ya el nuevo asfaltado y ese color blanco, casi níveo, de las señales de dirección o aparcamiento. En cambio, otras calles no tan céntricas tendrán que esperar unos días.

     En los aledaños de la plaza de toros el ambiente prefestivo es algo especial: barras de bar provisionales en las puertas de los establecimientos, churrería instalada en el mismo lugar de siempre, colas en las taquillas de la plaza, turistas que se fotografían delante del cartel que anuncia la feria y algún revendedor que intenta hacer su agosto.

     Zaragoza se vestirá de gala durante diez días. Algunos hablan de que son un poco largas las fiestas. Otros desearían se prolongaran hasta Navidad. Hay que reconocer, sin embargo, que los actos más importantes están programados en el centro de la ciudad. Eso sí, cada vez cobra más protagonismo el recinto ferial de Valdespartera y el entorno de la Expo. Hasta el buen tiempo parece que quiere acompañar. Este dulce otoño del que habla Labordeta. Estas tardes apacibles que se dilatan hasta el amanecer.

     Algunos aprovecharemos estos días para alejarnos del jolgorio festivo; otros se sumergirán en la vorágine de actos y celebraciones, especialmente los más jóvenes. Muchos no saben qué actuación elegir o qué concierto seleccionar en su agenda festiva. Porque la crisis sigue rondando en el ambiente y el bolsillo no está para muchos despilfarros. Eso sí, el ayuntamiento ha conseguido algo aparentemente milagroso: más actos con menos presupuesto. ¿Cómo ha sido esto posible? Que se lo pregunten a las autoridades municipales y al concejal de festejos. Y que viva la fiesta.

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