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josemarco

BROCHE DE ORO A LAS FIESTAS DEL PILAR

BROCHE DE ORO A LAS FIESTAS DEL PILAR

     Joaquín Carbonell y Eduardo Paz pusieron ayer el broche de oro a las Fiestas del Pilar 2009 con un recital en el que echamos de menos al "abuelo", al polifacético José Antonio Labordeta. Carbonell inició el acto con algunas de las canciones más conocidas de su repertorio, entre ellas la famosa La peseta. Me recordó el joven cantautor de finales de los años setenta en Miravete de la Sierra, en ese acto reivindicativo que se podría volver a repetir treinta años después: "Salvemos Teruel". El cantautor de Alloza ha ganado en madurez y ha mejorado en cadencia e interpretación. Sabe estar sobre el escenario y sabe cómo ganarse al público, que llenaba la plaza del Pilar, y metérselo en el bolsillo. Me supo a poco el tiempo que Carbonell estuvo sobre el escenario. Y eché de menos algunas de sus canciones más emblemáticas como Dejen Pasar.

     Llegó poco después Eduardo Paz, excomponente de La Bullonera y consolidado cantante. Su excelente voz atronó toda la plaza y con la canción con la que el grupo comenzaba los conciertos - Venimos simplemente a trabajar - nos llenó de nostalgia a los que vivimos de cerca los primeros años del grupo. Recordé sus actuaciones multitudinarias en Barcelona - en las Atarazanas y en el Palacio de Deportes -, viajé mentalmente a Jorcas, a aquellos quinces de agosto soleados y tormentosos, a aquella iglesia abarrotada en la que, por fuerza mayor y como una gran excepción, tuvo que celebrarse uno de sus recitales. Recordé a mi hermano Antonio, entusiasmado con el grupo, y a mi primo Luis Vicente, alma de las fiestas de Jorcas y amigo de Labordeta. Y un relámpago de nostalgia recorrió mi interior.

     Mientras tanto, a medida que se acercaban las once de la noche, el público - mayoritariamente adulto, con algún niño como acompañante y pocos, muy pocos, jóvenes y adolescente -, coreaba y bailaba cada una de las canciones. Hasta que llegó la apoteosis con la interpretación de Los de Huesca y de Teruel y El canto a la libertad. Una noche para recordar. Un recital en el que canciones del último cedé "Vayatrés" nos volvieron a recordar viejas reivindicaciones que, lamentablemente, aún existen: el problema del agua, las desigualdades sociales, la emigración, el paro,... Pocas, muy pocas banderas de Aragón y emoción a raudales. Lástima no estuviera el abuelo, el gran José Antonio Labordeta.

 

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