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josemarco

NIEVE EN PRIMAVERA

NIEVE EN PRIMAVERA

     Caminar por el valle de Ordesa el día 23 de abril, en plena primavera, es un placer reservado a unos pocos. Y hollar la nieve casi virgen durante varios kilómetros hasta llegar al final de este valle - Parque Nacional desde 1918 - en el Circo de Soaso y contemplar la imponente, sublime, Cola de Caballo es algo para recordar y - ¿por qué no? - para recomendar a todos los amantes de la naturaleza.

     La ruta comienza al principio del valle, junto a un aparcamiento restringido. A partir de ahí, se nos  presentan quince kilómetros de camino a orillas del río Arazas, que nace en el macizo del Monte Perdido (3355 metros) y vierte sus aguas al río Ara que, esplendoroso y juvenil, con un color blanquiverde envidiable, recorre todo el valle de Broto, Boltaña y Aínsa. El camino es sinuoso, con altibajos, con pequeños repechos. Lo alfombran al principio pequeñas piedras grises, después uno va pisando suaves hojas amarronadas de los miles de hayedos que pueblan este valle y, al final, algo que no podíamos imaginar esta mañana: un camino de nieve, un sendero blanco que ofrecía una estampa invernal en esta primavera tardía y desapacible.

     Nos detenemos en cada una de las cuatro cascadas que forma el río en pugna con las piedras y otros elementos naturales. Admiramos la cascada de Arriba, la del Estrecho, la de la Cueva, las Gradas de Soaso - que podemos ver en la fotografía - y, por último, el espectáculo de la Cola de Caballo. Una cascada que rompe el silencio del final del valle y marca un camino vertical e inaccesible hacia el refugio de Góriz (2200 metros), lugar privilegiado para tantos montañeros que preparan su ascenso al Monte Perdido, visitan las Grutas de Casteret o descienden por Marboré al valle de Pineta.

     Es la tercera vez que recorro este valle. La primera de ellas fue para ascender por esas clavijas que hoy hemos contemplado hasta Góriz y luego hasta el Monte Perdido. Una jornada inolvidable, no exenta de riesgos y de algún pequeño susto. Un día para recordar. Como este 23 de abril, día de Aragón, en el año de la Biodiversidad.

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