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josemarco

CINCO AÑOS DE VIVENCIAS

CINCO AÑOS DE VIVENCIAS

     He vuelto a navegar esta tarde por mi blog y he retrocedido cinco años en el tiempo. Un tiempo que se esfuma entre los dedos y que ha quedado plasmado en estas páginas como testigo mudo de vivencias, recuerdos e ilusiones. Aquel año 2005 lo recordaré porque el 22 de febrero, un día de nevada histórica en Zaragoza, leí mi tesis doctoral.

     Pero estos cinco años han traído también consigo sinsabores. Y ausencias. Grandes ausencias. Todo ello ha quedado reflejado en esta bitácora. Todo ello ha quedado como una huella, como un profundo poso, como el espejo más o menos deformado de la memoria cotidiana.

     Hoy quiero recuperar mis primeros escritos en este blog. Quiero plasmar mis primeras impresiones de finales de mayo y mis primeras vivencias y recuerdos. Eso sí, vuelvo a reiterar mi gratitud a los que dedican un poco de su tiempo a leer estas páginas, a los que escriben algún comentario y a los que me animan a seguir, de momento, un año más.

     Tarde dilatada de mayo, mientras se desgranan los recuerdos de otros mayos ya olvidados, entre el murmullo suave del Guadalope y los verdosos chopos que flanquean su frágil cauce. Tarde dilatada de mayo y mi mente divaga estremecida hacia ese Amazonas cada vez más amenazado, hacia la locura del tráfico, hacia este casi eterno final de trimestre. Tardes dilatadas de mayo y la esperanza convoca amaneceres nuevos, lluvias sosegadas y un ansiado callejear al estilo labordetiano. Lo demás es mejor dejarlo, de momento, en el tintero oscuro del olvido. (25 de mayo de 2005)

 

     Algunos pueblos de Teruel, en especial de la comarca del Maestrazgo, brindan al viajero un encanto especial. Sus calles estrechas y empinadas respiran todavía un aire medieval. Sus casas nos acogen entre la penumbra y nos ofrecen el solaz que escasea en las grandes ciudades. Algunos pueblos de Teruel nos llenan de melancolía y sólo cuando la primavera avanza - siempre un poco tarde - despiertan del largo letargo invernal y nos invitan a gozar de la vida con calma, sin estrés y con un horizonte distinto al del cemento y el asfalto. En algunos pueblos de Teruel, como en Aliaga, el silencio habla y las estrellas se multiplican con el crepúsculo. (26 de mayo de 2005)

* FOTOGRAFÍA: Vista de Aliaga desde el solanar de mi casa.

 

 

3 comentarios

Magda -

Me uno a lo ya expresado, que continue esta labor durante muchísimo tiempo, que tú llevas cinco años, pero hay quienes llevamos disfrutando de este lugar muy poco tiempo...

María Dolores García Pastor -

¡¡¡Cinco años!!! Muchas felicidades por ese lustro de bloggero. Un abrazo

Luis Antonio -

Enhorabuena por esos cinco años de bitácora. Espero y deseo que sigas en esta labor para deleite tuyo y de los que te visitamos, dejemos o no comentarios.

Un abrazo, José Mª