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josemarco

EL HECHIZO DE LA MODA

EL HECHIZO DE LA MODA

     No acostumbro a acercarme a los grandes centros comerciales. Lo hago casi por necesidad y en contadas ocasiones. He aprovechado el paréntesis de esta tarde preotoñal para revisar el coche en un centro comercial de Zaragoza. Como hacía tiempo que no frecuentaba ese lugar, me he visto sorprendido por el maremágnum de anuncios publicitarios, reclamos comerciales y todo tipo de exhibiciones para atraer al comprador compulsivo o al cliente reflexivo.

     Pero lo que más me ha llamado la atención es un desfile de moda infantil - para niños y niñas de 4 a 10 años - en el vestíbulo de este templo del consumo. Muy poco público presenciaba ese sucedáneo de pasarela. Me imagino que los padres y abuelos de los peques que desfilaban desafiando su timidez estarían disfrutando del evento. Todo para promocionar un determinado tipo de ropa o para atraer más público a este lugar que en estos tiempos de crisis tiene que intentar salir a flote y luchar contra la competencia.

     Siempre ha existido y existirá la moda. Siempre han existido las nuevas tendencias. Pero uno se pregunta hasta qué punto no somos con frecuencia esclavos de una determinada marca, de un determinado producto o de una determinada manera de vestir. Los jóvenes se visten todos de manera similar. Parece que se hayan dejado seducir de lo que marcan las nuevas tendencias, los actores famosos, los personajes a los que admiran o los medios de comunicación. Es difícil sobreponerse a este imperio de la moda. Es un hechizo que atrae y subyuga a la mayoría de la población, especialmente a niños y adolescentes.

     No sé si algún niño o niña de los que están desfilando estos días por la pasarela del centro comercial serán modelos en un futuro. Pienso que tal vez les atrae el mimetismo de los modelos y las modelos profesionales. Eso sí, para los curiosos y ociosos, no deja de ser un entretenimiento más.

1 comentario

Magda -

Hechizo? Quizá para algunos. Yo lo llamaría maldición. Una peligrosa maldición en este siglo XXI