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josemarco

UN PUENTE CON HISTORIA

UN PUENTE CON HISTORIA

    He aprovechado un rato de esta mañana otoñal para acercarme al centro de la ciudad y contemplar de nuevo el puente de Piedra de Zaragoza. Hace bastantes días, quizás meses, que no atravesaba este puente gótico medieval - construido en el siglo XV sobre otro anterior de la época de los romanos -. Me he apoyado en el pretil y he contemplado las aguas amarronadas del Ebro que atravesaban cinco de sus arcos y se dirigían hacia el este de la ciudad. He observado también las pequeñas grietas de sus pilares y he tenido que soportar el paso de taxis y autobuses que producen una sensación extraña en su renovado pavimento.

    ¿Qué sería de Zaragoza sin el puente de Piedra, uno de sus emblemas históricos, además de La Seo y El Pilar? Porque es triste que las últimas intervenciones con motivo de la Exposición de 2008 - el azud, los dragados del río, el rebaje de la solera de uno de los arcos - hayan supuesto una nueva amenaza para este Bien de Interés Cultural. El puente de Piedra ha sido objeto de inspiradas jotas, de páginas literarias, de artículos originales. Y ha sido, además, mudo testigo de la historia con todos sus vaivenes y turbulencias. Una gran avenida el Ebro derribó sus arcos centrales en el siglo XVII, un autobús cayó al pozo de San Lázaro desde el puente en los años sesenta del siglo XX,...

    Leo en la prensa local que hay, al menos, diez razones para peatonalizar este histórico puente. Creo que con una bastaría. Parece mentira que nuestros políticos, nuestras cabezas pensantes mantengan todavía sus dudas y reticencias al respecto. Y eso que ya han comprobado que un puente para peatones y bicicletas sería un puente más vivo, más auténtico, más de todos. ¿O es que esperan a que se siga deteriorando progresivamente sin remedio? Es una parte de nuestra historia que, aunque sea un poco tarde, se debe mimar y conservar.

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