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josemarco

UNA UTOPÍA CULTURAL

UNA UTOPÍA CULTURAL

     A veces, y con demasiada frecuencia, embarcarse en una empresa cultural puede rozar lo utópico y lo inverosímil. Esto es lo que le ocurre a Florence Green, protagonista de La librería, novela escrita en 1977 por la autora inglesa Penelope Fitzgerald (1916-2000) y traducida al español para la editorial Impedimenta por Ana Bustelo.

     La librería es una novela sencilla, pero no simple. Su lectura nos invita a reflexionar sobre los problemas que una apuesta desinteresada por la cultura desencadena en un minúsculo pueblo costero de Suffolk hacia 1959. Una viuda decide abrir una librería-biblioteca en una mansión deshabitada y corroída por la humedad. Sólo tiene la ayuda de una niña de diez años y el apoyo de un viejo amigo. Pero esta empresa ilusionante sólo dura apenas doce meses. Las fuerzas vivas del lugar, el caciquismo, la envidia y la hipocresía moral reinante van socavando poco a poco el entusiasmo inicial de la protagonista. Florence, cansada y acorralada, decide abandonar el pueblo y dejar a sus habitantes sin este proyecto utópico e ilusionante. La casa vuelve a quedarse vacía, con sus extraños fantasmas y en manos de especuladores que la dotarán de un uso más práctico y lucrativo.

      La lectura de esta pequeña novela, aunque no me ha entusiasmado, me ha llevado a evocar esa España rural de los años sesenta, huérfana de cultura, desconfiada con todas las novedades editoriales, caciquil, corroída por la envidia y dominada por el qué dirán. Sin embargo, no hay que remontarse a esos años tan grises para volver a vivir situaciones similares a la que narra Penelope Fitzgerald. Tanto en el medio rural como en determinadas zonas urbanas, se sigue viendo con extrañeza, e incluso con recelo, una apuesta por la cultura sin otros intereses lucrativos o políticos. Y ahora, con la crisis económica como espada de dámocles, apostar por la cultura es más que nunca una utopía, una aventura llena de incertidumbre.  

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