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josemarco

INVITACIÓN A LA LECTURA

INVITACIÓN A LA LECTURA

     Invitar a la lectura. Motivar a los lectores. Despertar el interés por la literatura. Acercar a los autores a los colegios e institutos. Embeberse de literatura. Cautivar con la literatura. Hechizar con las letras. Compartir un relato o un poema. Debatir. Interesarse. Emocionarse. Soñar.

     Todas estas sensaciones - y muchas más - han experimentado mis alumnos y alumnas de secundaria y bachillerato durante los 25 años de vida del Programa Invitación a la Lectura, impulsado por la Consejería de Educación del Gobierno de Aragón y coordinado por el profesor, crítico y escritor Ramón Acín.

     Pero, de buenas a primeras, por razones que nos están demasiado claras, los nuevos responsables del departamento de Educación han decidido eliminar este programa y, de momento, no han buscado ninguna alternativa que valga la pena. Tal como han opinado estos días algunos escritores y profesores, nunca un programa educativo ha dado tantos frutos con tan poca inversión. Pero esta es la realidad a fecha de hoy. El recorte ha llegado a la lectura. El recorte ha llegado a uno de los pilares básicos de la educación.

     A partir de ahora, a los profesores nos corresponde la labor de buscar otros medios para que los escritores sigan acercándose a los centros y para que los alumnos no lean una obra como una obligación impuesta, engorrosa o aburrida. Trataremos de confiar en la buena voluntad de algunos escritores o en la generosidad de algunas editoriales. Pero ya no será lo mismo.

     Recuerdo en este momento a escritores que  durante la década de los 90 se acercaron al instituto de Miralbueno: Alonso de Santos, Miguel Mena, Luis Goytisolo... Recuerdo los que han compartido sus experiencias creativas con los alumnos en la biblioteca del instituto Ramón y Cajal: Maruja Torres, Luis del Val, Joaquín Leguina, Soledad Puértolas, Lorenzo Silva, Luis Alberto de Cuenca, David Lozano, Ana Alcolea,...

     Es de esperar que las autoridades educativas aragonesas reflexionen y, en el menor tiempo posible, den un viraje a esta situación. Todos saldremos favorecidos: alumnos, profesores y escritores.

 

1 comentario

José Luis Ríos -

No confiemos mucho, la gente que lee suele tener criterio, y no siempre conviene.

Un saludo