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josemarco

MACROPUENTE CULTURAL

MACROPUENTE CULTURAL

     Algunos lo llaman acueducto; otros, macropuente. Pero lo que está claro es que esta sucesión de días festivos discontinuos parece un simulacro del juego de la oca. Uno no sabe a qué atenerse cuando se levanta por la mañana. ¿Es lectivo? ¿Es festivo? Por eso he tomado la determinación de no romper mi ritmo de trabajo y de dar prioridad a lo cultural y literario. Y trabajo no me va a faltar. No sólo la corrección de exámenes o la preparación de las próximas pruebas de la primera evaluación. También tengo entre mis manos una serie de relatos breves y de microrrelatos sobre la Zaragoza antigua. Se trata de los trabajos presentados al XVI Concurso Literario Fernando Lalana 2011 organizado por la Junta Municipal del Casco Histórico de Zaragoza. Hay calidad literaria y mucha cultura.

   Y, hablando de cultura, no os perdáis la columna de Irene Vallejo en el Heraldo de Aragón de hoy. Se titula "Compartir" y habla de la amistad interesada - que es la más común - y de la auténtica - un bien muy escaso -. Cita para ello al fabulista Esopo y nos invita, una vez más, a valorar a los clásicos y hacer nuestras sus reflexiones y enseñanzas. Hoy he adquirido, precisamente El pasado que te espera, libro que recopila ochenta columnas de esta joven escritora zaragozana que acaba de publicar La luz sepultada, su primera novela.


      Volviendo al asunto de estos festivos discontinuos, se me ocurren unas sencillas cuestiones que me imagino muchos lectores compartirán: ¿Por qué no adelantar o retrasar un día estas efemérides? ¿Tanto problema sería celebrar este año el día de la Consitución el día 5, lunes? ¿Ocurriría algo si se pusieran de acuerdo la Iglesia y el Estado para desplazar al fiesta de la Inmaculada al día 9, viernes? Se hizo con el Corpus, se hizo con la Ascensión y no ocurrió absolutamente nada. Algo similar ocurre con la fiesta de la Epifanía o de los Reyes Magos - ¿por qué no el primer viernes de enero? - o de las celebraciones de Semana Santa. Todo se arreglaría con un poco de flexibilidad y con un mínimo de sentido común.
      Pero, de momento, nos contentaremos con lo que tenemos - que no es poco - y continuaremos con este soplo de aire fresco cultural y literario de los últimos días. Porque, además de la obra de Irene Vallejo, acabo de leer el excelente ensayo de Ismael Grasa, La flecha en el aire, para elaborar una reseña. Y tengo en lista de espera Mitología de Nueva York, Vanessa Montfort e Inés y la alegría, de Almudena Grandes. Un soplo cultural en esta semana atípica que nos brinda, eso sí, espacio para la cultura y para el ocio al aire libre. Pero eso lo dejaremos para el próximo fin de semana, o fin de macropuente.

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