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josemarco

UNA FECHA INOLVIDABLE

UNA FECHA INOLVIDABLE

     Han pasado ya nada más y nada menos que 17 años desde aquella noche mágica en París, en la que el gol casi inverosímil de Nayim nos llenó de alegría a los aficionados zaragocistas y a los amantes del buen fútbol.

     Hoy, el Real Zaragoza, se bate en otros frentes mucho más modestos. El apoyo de los aficionados no ha decaído, pero unos negros nubarrones se perfilan en el horizonte de este club - ahora sociedad anónima - que preside desde hace seis años el polémico y conflictivo Agapito Iglesias.

     Casi no queda rastro del gusto por el buen fútbol, de la presencia de la cantera, de las viajes por Europa, del respeto del mundo futbolístico hacia este club con solera. Ahora sólo nos queda el consuelo de contemplar cómo otros equipos - entre ellos el Atlético de Madrid - han tomado el relevo de los triunfos europeos, del buen fútbol, del saber hacer, de estar en el candelero.

     Del Zaragoza sólo nos queda el consuelo de una victoria en el Coliseum de Getafe el próximo domingo para mantenerse en primera división, con una deuda inasumible y un futuro cada vez más incierto. Esta es la cruda y dura realidad.

      Hoy se lo comentaba a un grupo de alumnos en el recreo. No habían nacido todavía en esa fecha mágica para los zaragocistas. Y el gol del ceutí les suena lejano, obsoleto. Mi hijo tenía tres meses. Y es un gran aficionado de su querido Real Zaragoza. Ha visto muchas veces el gol de Nayim en vídeo, ha disfrutado con Cani, con Zapater, con los hermanos Milito. Y ahora se contenta con que este equipo se salve e intente reflotar en un futuro. ¿Volverá a ver a un equipo europeo, ganador y practicando el buen fútbol de antaño?

     De momento, tendremos que contentarnos con el recuerdo, con la nostalgia y con los sueños de futuro. Aunque, eso sí, nos parezcan utópicos e inverosímiles.

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