Blogia
josemarco

TEJADOS

TEJADOS

     Siempre me ha atraído y cautivado la contemplación de la silueta de los tejados y azoteas de un pueblo desde una eminencia. Los tejados son una metáfora de las ensoñaciones, de las esperanzas, de las ilusiones. La literatura, el cine y el arte en general están surcadas de tejados de todo tipo: tejados de zinc, tejados de uralita, tejados de pizarra o tejados rojizos de la clásica teja castellana.

    La reparación del tejado de mi casa del pueblo, me ha llevado estos días a reflexionar sobre esas Visiones y sueños de Torres con Quevedo por Madrid, sobre este Diablo Cojuelo satírico y picaresco y - ¡cómo no! - sobre la obra de teatro de Tennessee Williams, La gata sobre el tejado de zinc caliente, que logró una gran acogida a finales de los años cincuenta del siglo XX.

    Consulto el blog de Lola Mariné - http://gatosporlostejados.blogspot.com - y me llama la atención esta reflexión que la escritora plasma en su portada, a modo de bienvenida: El escritor, la escritora, como gatos por los tejados observan la vida a su alrededor desde la distancia, aparentemente impasibles; pero en algún momento, una palabra, un gesto, una mirada, empiezan a configurar en su mente una historia y no recobran el sosiego hasta que se sientan a escribirla.

    Todos hemos sido como gatos por los tejados en algún momento de nuestra vida. Todos hemos vivido aventuras infantiles en las que intentábamos saltar de un tejado a otro, o de una azotea a la del vecino para emprender una huida o buscar una experiencia fascinante. Pero no sé si nos hemos detenido de vez en cuando a observar desde la distancia el discurrir de la vida de un pueblo, de una aldea, de un barrio, de una pequeña ciudad. Desde los tejados, desde las azoteas, desde lo más alto de los edificios, muchos escritores han seguido la pauta de la escritora barcelonesa y han enriquecido su experiencia interior con nuevas visiones, nuevas perspectivas, nuevas percepciones.

     Esto me está ocurriendo durante estos días calurosos de julio en Aliaga. La silueta del pueblo se me presenta dibujada como en un cuadro realista. Lo demás es ya fruto de mi imaginación, de mis recuerdos, de mi memoria del pasado. Un tejado nuevo será pronto un cambio de imagen, un viraje distinto de los sueños, una mirada nueva de futuro.

(FOTOGRAFÍA: Vista parcial de los tejados de Aliaga, mientras destejan el mío)

4 comentarios

jose manuel -

Me ha gustado mucho tu resumen de todos los argumentos deberias ser escritor profesional :)

Isidora -

Es cierto, parece que son muy acertados los comentarios sobre este escrito. Muy literario,original y bien trabado.
Feliz verano Jose María. Sigue entreteniéndonos con este blog tan variopinto

Luis Antonio -

Me ha encantado, igual que a Lourdes, el epílogo de tu entrada.

"Un tejado nuevo será pronto un cambio de imagen, un viraje distinto de los sueños, una mirada nueva de futuro"

Si en nuestra vida hubiera un tejado como en las casas, lo cambiaría...

Lourdes -

Felicidades por tu artículo. Nunca me canso de contemplar, desde la subida que lleva al cementerio (tú ya la conoces, te acuerdas?), los tejados de mi pueblo. Me encanta el final de tu reflexión, "una mirada nueva de futuro"...