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josemarco

UN DÍA MUY SINGULAR

UN DÍA MUY SINGULAR

          El 29 de febrero se ha convertido en un día singular. Nos llega como un regalo - para muchos envenenado - para redondear o servir de coletilla a un mes que muchos califican de loco, voluble y poco seductor. Eso sí, hay que recordar que este mes que hoy nos dice adiós nos trae efemérides más o menos arraigadas y con tintes comerciales como el Carnaval o San Valentín. Y en el santoral, tampoco hay que olvidar a La Candelaria, san Blas o santa Águeda. De todos modos, me siguen gustando poco estas jornadas todavía invernales e incluso más desapacibles de muchos días de diciembre o enero.

         Y volviendo a este año bisiesto y a esta fecha que aparece sólo cada cuatro años, al igual que las Olimpíadas, hay que destacar el carácter siniestro que algunos le atribuyen. El refranero lo pregona con claridad: "Año bisiesto, año siniestro", y algunos relacionan este año divisible por cuatro con catástrofes como la del hundimiento del Titanic, en 1912, o tragedias como el inicio de la Guerra Civil española, en 1936. De todos modos, estas fechas peculiares siempre han sido un filón para supersticiosos o agoreros.

        Según las últimas estadísticas, en España hay unos 32.000 habitantes nacidos un 29 de febrero. Y en Aragón poco más de 800 personas vieron la luz durante estas 24 últimas horas del febrero más largo. Yo conozco a alguno nacido en este fecha y me confiesa que se siente orgulloso de ello y que lo celebra cada año, aunque sea el día 28 de febrero o el 13 de marzo. Otros prefieren celebrarlo sólo cada cuatro años, pero reconocen que no tienen más remedio que sumar de cuatro en cuatro si no quieren eludir al paso del tiempo o engañarse a sí mismos.

        Lo que está claros es que una decisión de tipo astral, que se remonta al tiempo de los romanos, ha dejado como huella singular esta fecha que nos regala un día más cada cuatro años y, al parecer, fluye con normalidad como otro día más.

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