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josemarco

UNA NUEVA DECEPCIÓN

UNA NUEVA DECEPCIÓN

   La selección de Luis Aragonés volvió a cosechar ayer una nueva derrota en el estadio Ramón de Carranza. Es un nuevo fracaso, una nueva decepción. Y no caben nuevas excusas ni se admiten paños calientes. Este grupo deportivo ha perdido el norte. ¿Será culpa de los jugadores? ¿Será responsabilidad del entrenador? La respuesta no es fácil aunque todos sabemos que la cuerda siempre se rompe por el lado más débil. Y Aragonés debería dimitir. Sin paliativos. Sin dar ni siquiera explicaciones. A pesar de cambiar de jugadores, de cambiar incluso de táctica, su propuesta futbolística está obsoleta y trasnochada. Hay que dejar paso a otra persona que sea capaz de dinamizar a un grupo de jóvenes que no se han olvidado de jugar al fútbol. 

  De todos modos, no toda la culpa es del entrenador. El problema es más complejo de lo que parece. Aragonés no tiene suficientes mimbres para fabricar un buen cesto. Esa es la triste realidad del fútbol nacional. Los clubes fichan y fichan jugadores foráneos y apenas queda un hueco para las jóvenes promesas. La cantera está casi olvidada y la mayoría de los canteranos de los grandes equipos están cedidos o se dedican a calentar banquillo. De los equipos punteros, el único que tiene una plantilla con la mayoría de jugadores nacionales es el Valencia. Por eso la delantera de anoche era la del equipo ché. Quizás el Valencia habría ganado a Rumanía… Porque, ¿qué ocurre en clubes como Real Madrid, Barcelona, Sevilla o Real Zaragoza? Que sus jugadores estrella son extranjeros y muy pocos de la casa tienen continuidad. ¿Se acabará algún día esta política? Entonces, con Luis o sin Luis, triunfará la selección. 

  

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