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josemarco

DAROCA, CIUDAD HISTÓRICA Y MONUMENTAL

DAROCA, CIUDAD HISTÓRICA Y MONUMENTAL

     Siempre he sentido admiración por la ciudad de Daroca. Desde la carretera de Valencia - que pronto será reemplazada por la autovía mudéjar - la he contemplado como una ciudad de herencia medieval. Pero Daroca es mucho más que un enclave antiguo. Si su historia es importante, no lo es menos su arte y su cultura. Ayer aproveché para hacer un alto en el camino y aparqué a la entrada de la población para pasear despacio, con sosiego, por su singular calle mayor y por algunas de sus calles adyacentes. Durante mi recorrido, en una calurosa tarde de verano, me trasladé mentalmente al siglo XIX y recordé a tantos viajeros románticos que pernoctaban en Daroca cuando se dirigían desde el Levante o desde Madrid a Zaragoza o al norte de España.

    Uno de los lugares que he admirado siempre, y que ayer me volvió a llamar la atención, fue la famosa Puerta Baja de Daroca, actual sede del Centro de Estudios Darocenses. Evoqué durante unos minutos a Francisco Javier Parcerisa y a José María Quadrado, dos viajeros que en 1844 llegaron a la ciudad zaragozana al anochecer y se detuvieron ante esta majestuosa puerta. El dibujante catalán plasmó en una litografía esa luna llena encima de la Puerta en el otoño darocense. El escritor mallorquín dedicó unas inolvidables páginas a esta ciudad pintoresca, elegida por los artistas románticos entre las doce con más riqueza monumental de Aragón.

     Pero Daroca es mucho más que lo que ayer pude contemplar.  No pude visitar la Colegiata, que estaba cerrada, no realicé la ruta del Castillo y las Murallas, por falta de tiempo. Eso sí, me quedé prendado de sus callejuelas, de sus fachadas centenarias, de sus iglesias románicas y de algunos rincones muy parecidos a los inolvidables recovecos de Albarracín. Eso sí, algunos monumentos necesitarían una buena restauración y algunas calles un poco más de limpieza. Todo ello no empaña, sin embargo, la grata impresión que me llevé de esta breve visita. Pienso volver con más calma. Aunque la autovía mudéjar pase algo más a desmano. Esperemos que el nuevo trazado no perjudique mucho a esta población cargada de cultura, arte e historia.

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