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josemarco

DESPEDIDA NOSTÁLGICA

DESPEDIDA NOSTÁLGICA

     Cae la noche sobre Aliaga. Un dulce crepúsculo comienza a envolver paulatinamente este pintoresco valle, surcado por el inquieto Guadalope. Se acerca el final de tres días intensos de fiesta, de celebración, de diversión para todos. Si ayer fue el día dedicado a la patrona, la Virgen de la Zarza, hoy ha sido el día de la comida de hermandad y del toro ensogado por las calles de la localidad.

     El toro ensogado va ganando enteros año tras año. Tal vez sea uno de los mejores aciertos de las últimas comisiones. Las calle mayor se engalana, la gente se agolpa en los balcones o en la barbacana. Y los más audaces corren calle arriba o calle abajo buscando la mejor perspectiva, el mejor quiebro o incluso el mejor pase. Si anoche estaba la plaza de la Iglesia abarrotada para contemplar el segundo toro embolado, hoy la calle principal se ha llenado de colorido, de alegría, de euforia y de algún pequeño sobresalto.

     Esta noche a las doce, una potente traca surcará la calle mayor de Aliaga. Y luego, los que aún pueden permitirse algún día más de vacaciones, entonarán el pobre de mí, ese canto nostálgico que tiene año tras año un sabor agridulce. Mientras tanto, las peñas - que son un motor importante de las fiestas - preparan las últimas cenas, los últimos encuentros. Y una noche dulce, más veraniega que la mayoría del pasado agosto, caerá como un oscuro telón sobre este valle, mientras resuenan los sonidos alegres de la orquesta Caramelo y, entre lágrimas de alegría o de tristeza, la mayoría comienza a soñar en el próximo verano, en las próximas fiestas. Aunque todavía queda por delante la retirada del mayo que se plantó en San Juan. Otro motivo de reencuentro para el próximo fin de semana.

1 comentario

Luis Antonio -

Gracias a tus crónicas de Aliaga, en este caso de las Fiestas, los ausentes nostálgicos podemos recrear las imágenes y sensaciones que nos transmites.