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josemarco

MEMORIA INTRAHISTÓRICA

MEMORIA INTRAHISTÓRICA

    Siempre me ha atraído el término intrahistoria y su profundo y sutil significado. Desde que durante mis estudios universitarios, descubrí a Miguel de Unamuno y el tratamiento que le da a este término en su novela Paz en la guerra, he rastreado el uso del vocablo en novelistas, ensayistas e incluso en poetas del siglo XX. Ese buceo en lo cotidiano, esa recuperación de vivencias íntimas o colectivas, esa exhumación de los recuerdos más agridulces, esa mirada retrospectiva hacia un pasado más o menos lejano, ese despertar de la memoria adormecida por el tiempo o por las circunstancias sociopolíticas es el camino emprendido recientemente por narradores, guionistas de series de televisión o directores de cine.

      Una muestra de estos intentos por recuperar la memoria es la película de Emilio Martínez Lázaro Las 13 rosas, que se estrena hoy en toda España. Julia Conesa, una de las jóvenes fusiladas el 5 de agosto de 1939, poco después de finalizar la guerra civil, escribió una carta momentos antes de ser abatida en la que manifestaba lo siguiente: "Que mi nombre no se borre de la Historia". Gracias al escritor zamorano Jesús Ferrero, que noveló los hechos en el año 2003, como al prestigioso director de Carreteras secundarias, - la excelente novela del aragonés Ignacio Martínez de Pisón, que es también guionista de esta película - podremos volver a recuperar hechos inconfesables, vivencias trágicas, situaciones incomprensibles. Eran años oscuros, años grises, años de radicalismos y  de fanatismo cruel. Por ello, es bueno recuperar la memoria de vez en cuando. Sin maniqueísmo. Sin dogmatismo. Sin afanes partidistas. Todo para que ese río profundo de la intrahistoria unamuniana despierte nuestras conciencias y serene nuestros corazones. Un regalo para los amantes de la autocrítica y de la reconciliación.

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