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josemarco

MADERA DE LÍDER

MADERA DE LÍDER

     Esta tarde he tenido la oportunidad de participar en un coloquio sobre el tema del liderazgo en el cada vez más complejo ámbito de la educación. La tertulia ha tenido lugar en Facultad de Ciencias de la Educación, de la Universidad de Zaragoza. Junto con otras personas que desempeñan tareas directivas en los centros de enseñanza hemos reflexionado sobre el papel del líder en la sociedad actual, sobre si el líder nace o se hace y sobre las cualidades que pensamos debe poseer la persona que está al frente de un grupo de trabajo como guía, jefe u orientador.

    Lo que más me ha gustado de este pequeño debate es el diálogo fluido entre cada uno de los ocho partícipes, la capacidad para escuchar las opiniones de los demás y, sobre todo, la valoración positiva de la discrepancia como ingrediente esencial de todo acto en el que se expresan ideas más o menos subjetivas. En realidad, no sé si hemos llegado a conclusiones demasiado claras sobre el liderazgo en la educación. De todos modos, han surgido una serie de valoraciones, nacidas de la propia experiencia, que pueden ayudar a conformar ese concepto tan difícil de definir y que tantas acepciones adquiere en la sociedad actual.

    Entre otras cualidades exigibles a un líder se han citado las siguientes: que sepa manejar bien las habilidades sociales, que ejercite el control emotivo, que actúe con coherencia, que domine el estrés, que tenga capacidad organizativa, que manifieste actitudes de innovación, dinamismo y creatividad, que acepte las críticas y sea autocrítico, que sugiera y presente proyectos, ideas y mejoras, que no entorpezca a los demás, ni avasalle, ni agobie, que aglutine e implique a sus colaboradores, que muestre autoridad moral y no autoritarismo, que sepa delegar sus funciones, que sea inquieto, comunicador, que contagie ilusión e inquietudes,...

    No sé lo que opinará de los líderes el ciudadano de a pie. Quizás estemos demasiado acostumbrados a asociar el liderazgo a los políticos de primera fila y, en cambio, no nos interesen en absoluto otro tipo de líderes. Acaso la palabra pueda asustar de por sí o tal vez esté demasiado trillado el vocablo. En lo deportivo, el líder se identifica como el primero, el mejor. En lo político, líder es el abanderado de un partido o de una organización. No sé si los líderes políticos son el mejor espejo para mirarse cara a cara. De todos modos, estas dos horas de tertulia han valido la pena. Siempre es bueno reflexionar sobre lo que uno hace y comprobar cómo lo hacen los demás. Para aprender algo, por supuesto. ¿O no es la vida un continuo aprendizaje? 

1 comentario

Luis Antonio -

Creo que estamos viviendo unos años sin líderes de prestigio, que nos sirvan de referencia, a nivel nacional y mundial. También es evidente que los intelectuales y pensadores que puedan dar luz o motivos de reflexión sobre los temas candentes escasean y ejercen poco. ¿O no?