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josemarco

BOCHORNO Y RIDÍCULO EN EL SÁNCHEZ PIZJUÁN

BOCHORNO Y RIDÍCULO EN EL SÁNCHEZ PIZJUÁN

     Como aficionado al Real Zaragoza, me dispuse a presenciar en abierto el partido de fútbol entre el Sevilla y el equipo aragonés en el estadio Sánchez Pizjuán. Más que ilusión, tenían expectativa por conocer cómo se encontraba el equipo visitante después de la injusta derrota ante el Barcelona y tras la media hora decente de juego en la segunda parte. Pero pronto se vino abajo ese falso andamio al que le falta una base sólida y firme. Transcurridos unos diez minutos de juego, le comenté a Javier que se avecinaba una humillación sin paliativos y una goleada de escándalo. Y así fue, en efecto. Me duele como aficionado, pero la imagen que ofreció ayer el Real Zaragoza ante toda España fue la de un equipo de segunda o tercera división. Las figuras - ¿tenemos alguna? - brillaron por su ausencia y muy pocos - sólo el portero, César, que nos salvó de una derrota escandalosa - se puso el mono de trabajo.

     Y ahora, ¿qué? Se preguntarán esta mañana muchos socios y aficionados del equipo de la capital de Aragón. La pregunta no tiene de momento más que una respuesta - o quizás miles -. Ahora, a evitar el descenso. ¿Cómo? Recurriendo una vez más a la cantera. A los que sudan la camiseta. A los que se sienten de casa. A los que no están pensando en un futuro europeo lejos de la capital del Ebro. Porque no se trata de echarle toda la culpa al entrenador - que también la tiene -, ni al cuerpo técnico - que debería hablar con más hechos -, ni a la directiva - que debería actuar con más coherencia. Las razones de esta situación, que puede acabar de nuevo en el pozo de la segunda división, son muy complejas. Pero hay unas conclusiones que parecen bastante razonables. Que el lateral Diogo debería seguir los pasos de D' Alessandro. Que los fichajes de Ayala, Luccin, Pavón, Paredes... no eran necesarios. En la cantera los hay iguales o mejores. Que Oliveira no es un jugador para la disciplina zaragocista... En resumen, que habrá que empezar de cero una vez acabe la liga. Eso sí, ya podemos rezar para que el equipo de nuestra tierra consiga ganar los cuatro o cinco partidos que necesita para mantenerse en primera. Después de lo que vimos ayer, hasta el Levante - prácticamente en segunda - puede complicarnos la vida el próximo domingo. Mientras tanto, los jóvenes valores de la cantera emigran a Madrid, a Barcelona o se van a la Sociedad Deportiva Huesca. Aquí no los quieren. Prefieren foráneos. Hasta que se convenzan de lo contrario. 

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