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josemarco

PREOCUPACIÓN EN CALAMOCHA

PREOCUPACIÓN EN CALAMOCHA

     Los vecinos de la localidad turolense de Calamocha están preocupados por las posibles consecuencias que puede tener la apertura del último tramo de la autovía Mudéjar para la hostelería y los servicios. Calamocha siempre ha sido un lugar ideal para que los conductores que viajan desde el norte hasta la costa valenciana o desde la costa hacia el norte se detengan a tomar un bocadillo, comer o cenar. También es importante en esta ciudad que sobrepasa los cuatro mil habitantes la industria del jamón, cada vez más consolidada en este municipio.
      Pero, desde el mes de febrero, la carretera Nacional 234 entre Sagunto y Burgos ya no surca el centro de la población. La autovía pasa bastante más lejos y los conductores se lo piensan dos veces antes de acercarse a la localidad. Porque, aunque la autovía es una ventaja, puede ser un inconveniente en cierto sentido. Los vecinos se quejan, por boca del alcalde, de la deficiente señalización de las salidas y entradas desde la autovía a Calamocha, de la limitación de las direcciones en la rotonda y de la escasa iluminación de esos tramos finales.
     Sería conveniente reflexionar sobre el problema. Es verdad que los calamochinos se podían imaginar desde hace años lo que iba a ocurrir. Es cierto que algunos tendrán que adaptarse poco a poco a la nueva situación y tendrán que ganarse a pulso a la clientela. Pero también es evidente que los responsables de estas vías de comunicación deben facilitar los accesos, en lugar de entorpecerlo.
Los vecinos de esta simpática e inquieta localidad turolense tienen un reto. Y creo que lograrán lo que pretenden con tesón y con un poco de imaginación.

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