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josemarco

EL VIOLÍN NEGRO

EL VIOLÍN NEGRO

     El corazón de París y los subterráneos de la Ópera Garnier son el marco privilegiado que ha elegido la joven escritora zaragozana Sandra Andrés Belenguer para ambientar su primera novela El violín negro.

     El violín negro no sólo es un homenaje a Gastón Leroux, autor de la famosa obra El Fantasma de la Ópera. Es, además, un buceo original e inteligente en uno de los mitos que, hace ya más de cien años, corrieron de boca en boca por los mentideros de la capital francesa. La novela de Sandra Andrés nos sumerge desde el principio en un mundo de leyenda, en un ambiente esotérico, en una ciudad llena de edificios emblemáticos y surcada por catacumbas pestilentes.

    Así comienza la novela: Atardecía ya en París. Enfundado en un abrigo negro y una desgastada gorra, un hombre atravesaba precipitadamente Le Pont des Arts dirigiéndose hacia el lado derecho del Sena. La ciudad entera sufría el temporal propio de diciembre y el frío se dejaba sentir con intensidad por los escasos viandantes que aún circulaban. París se sepultaba poco a poco bajo la nieve, y sus calles, casi desiertas, le conferían un aspecto gris y fantasmal. El único sonido existente era el inquietante bramido del gélido viento y el ruido de las ruedas de los carruajes sobre los blancos adoquines.

    Una novela dirigida a todo tipo de lectores, especialmente a aquéllos que se sienten atraídos por un mundo distinto al que vivimos todos los días. Bajo una apariencia rutinaria, puede surgir un secreto o una pista inefable que nos hermane misteriosamente con nuestros antepasados. Es lo que le pasa a Christelle, la joven protagonista, que intenta averiguar cuál es el secreto del violín que llega a sus manos. La intriga está servida. Además, hay un movimiento pendular que nos sumerge alternativamente en el París de mediados del siglo XIX, en la ciudad preindustrializada de inicios del siglo XX y en la actual capital europea de principios del siglo XXI.

     Hay que destacar, además, que la redacción de la novela es fluida, sin aderezos inútiles y con una prosa clara, con acertadas descripciones detallistas y diálogos ágiles. Cualquier lector interesado en la buena literatura disfrutará con la lectura de una novela que está despertando gran interés entre jóvenes y adultos.

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