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josemarco

PREMIO A LA ESTÉTICA LITERARIA

PREMIO A LA ESTÉTICA LITERARIA

El poeta andaluz Pablo García Baena (Córdoba, 1923) acaba de obtener uno de los premios más prestigiosos de la literatura en lengua castellana, el XVII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. El cofundador y director de la revista Cántico en 1947 ha influido notablemente en las generaciones posteriores de poetas jóvenes y mantiene todavía su ilusión por escribir y publicar.

"La poesía salvará el mundo algún día", ha afirmado este autor al conocer la noticia del galardón. Su poesía se desmarcó de la poesía social de los años 50 y se mantuvo fiel a una estética más cercana a la Generación del 27 y al Modernismo. Plasmo un poema del vate cordobés, en el que hace gala del dominio del verso alejandrino y del conocimiento de un léxico exquisito y selecto.

 

COMO El ÁRBOL DORADO SUEÑA LA HOJA VERDE...

Como el árbol dorado sueña la hoja verde,
ahora que no estás y en los bosques nevados
cruje lívidas urnas, fantasmal, el invierno,
los jóvenes deseos a la deriva quieren
cubrir tu memorial de húmedas laureas.

Era el marzo feliz que oreaban los vientos
primaveral basílica los juncos erigían,
las varitas moradas de san José, la avena
como lluvia menuda y un recado secreto
la cardelina lleva por alfarjes de ramas.

Así como la tierra mi corazón hinchado
germinaba de ocultas semillas sepultadas.
Así como la tierra nupcias al mar ofrece
el oleaje crespo de los besos unía
labio y tierra en anillos de herrín indestruibles.

Veíamos el mundo juntos sobre la roca...
Qué lejos el sollozo, los dioses, la leyenda
que luego tú serías, rojeantes racimos
de riparia cubriendo, armoniosa, tu estatua
cuando ya fuiste mármol inaccesible y ciego.

Pero el cielo era puro y fugaz y la loca
alegría de vivir, esa máscara errante
y beoda reía bajo el galoneado
raso del capuchón del dominó talar,
otorgando antifaces que realidad cubrían

La tristeza, una calle por donde no pasábamos,
la poesía, una flauta que gime abandonada
y el rezo y los sociales lazos y la amistad,
esa vieja burguesa con labor de ganchillo,
nos vieron ir desnudos bajo constelaciones.

Sabíamos que un soplo acabaría con todo:
estancias en la noche centelleante de arañas,
copas alzadas, senos, más hielo, el jardín rosa
y verde de la aurora irrumpiendo en cristales,
desgarrando la cola de satén de la huida.

Sabíamos que un soplo... Y que no volvería
aquel vino jamás a mojar nuestros labios.
Confusamente turbia tiendo la mano ahora
hacia la puerta, arcano, tarot, encantamiento,
y allí encuentro tu mano entreabriendo el recuerdo.

 

2 comentarios

anónimo -

Tardé en atar cabos.
Ese blog que me gusta, porque habla de Aragón, del Zaragoza, del CAI, de la poesía y de otros asuntos esenciales, es obra de quien dirige el instituto al que confié a mi hijo.
Hoy debes saber que ese adolescente despistado ha sido declarado sobrino-nieto predilecto por Pablo García Baena.
Le cuento al poeta que aparece en los libros de texto de la ESO y en el blog del director y dice que soy un exagerado y que no sabe lo que es un blog.

ana a. -

Una buena noticia.