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josemarco

UN DÍA DE RECUERDOS

UN DÍA DE RECUERDOS

     No he estado esta mañana en la zaragozana plaza del Pilar para participar de esa fiesta colectiva en la que se degusta un pequeño trozo de roscón y medio vaso de chocolate caliente. Hoy, día de San Valero, patrono de la ciudad del Ebro, he aprovechado para viajar a Aliaga. Ha sido mi primer viaje del año a mi pueblo y he podido disfrutar de un día apacible, con un cierto poso de nostalgia y con el lastre agridulce de los recuerdos.

    Durante el viaje de ida, se podían contemplar manchas de nieve en las montañas, en las umbrías y en las cunetas. Nunca había visto zonas de nieve en las proximidades de Lecera. Tampoco son muy habituales en Muniesa, donde se atisba ya cómo repunta el cereal y cómo los campos están satisfechos, colmados de humedad. De todos modos, lo que más llama la atención es la sierra que corona el puerto de San Just, cerca de Valdeconejos.  La nieve tiñe de blanco todas las colinas. Parece que las nevadas se han ido acumulando una tras otra. Un paisaje invernal casi idílico.

    En Aliaga todavía queda nieve en algunos tejados, aunque el hielo ya ha desaparecido de las calles más empinadas. Al llegar a Cobatillas, el río Seco contradecía su nombre con un caudal alegre y cantarín. El río La Val bajaba copioso, más raudo que nunca. Y hasta el chorredor de Santa Bárbara vertía un pequeño hilo amarronado. En el pueblo, contraste invernal entre la desnudez de los chopos y el verdor casi opaco de los pinos. Los tímidos rayos de sol alegraban el atardecer e invitaban a dar un paseo. Porque está claro que en los pueblos el tiempo cunde más que en las ciudades, parece que los relojes se ralentizan y que el pasado nos guiña con complicidad. Porque es inevitable volver a la infancia y recorrer con la memoria los mismos caminos, las mismas calles, el mismo paisaje casi inamovible. Un día de recuerdos. Una jornada de nostalgia. Un paréntesis en la rutina casi enfebrecida de los días y de las semanas.

2 comentarios

filo -

qué bonito texto, lleno de tintes nostálgicos y de melancolía,es verdad que en los pueblos el tiempo parece detenerse...

Luis Antonio -

El roscón está diciendo cómeme...