LA GUERRA DEL AGUA
Se está gestando en esta España paradójica y contradictoria un nuevo conflicto entre comunidades autonómicas: la llamada guerra del agua. Sucede que, si hasta ahora eran la Comunidad Valenciana y la de Murcia las que reclamaban el trasvase del Ebro, se ha sumado la Comunidad de Cataluña a la demanda de este bien cada vez más escaso. La cruda realidad es que el agua se ha convertido de nuevo en un elemento de confrontación política.
En Barcelona comienza a reinar un ambiente de progresiva preocupación en este período de sequía prolongada. El embalse de La Baells, que abastece a la capital, está bajo mínimos. Lo peor de todo es que el enfrentamiento no sólo afecta a distintas comunidades autónomas - entre las que figura siempre Aragón - sino que puede derivar en una guerra interna entre las distintas comarcas de Cataluña y la capital. Está claro, de todos modos, que el consumo humano tiene preferencia sobre el agrícola. Pero lo más difícil es llegar a un equilibrio e intentar contentar a todos. Zapatero tiene una difícil papeleta en este momento. Y la ministra de Medio Ambiente estará dándole vueltas a la cabeza en busca de la mejor solución.
Varias preguntas vienen a mi mente en este momento: ¿Han hecho bien sus previsiones los dirigentes de Cataluña? ¿Han pensado que, en su día, se opusieron frontalmente al trasvase del Ebro? ¿Han comprobado si el agua se utiliza correctamente o se derrocha? ¿Por qué no decidieron instalar desaladoras al mismo tiempo que Carboneras?
Ocurre, sin embargo, algo evidente y que puede llevarnos a engaño. En este año de sequía - al menos de momento - el río Ebro lleva ya dos avenidas y en el País Vasco y Navarra se están abriendo algunas compuertas. Es el eterno dilema de la España seca y la España húmeda. Lo que ocurre es que en algunas regiones, como en Aragón, también hay campos que necesitan agua, pantanos por debajo de sus niveles históricos y pueblos sin abastecimiento. Todo esto ocurre en vísperas de la Expo Zaragoza-2008, cuyo lema es "Agua y desarrollo sostenible". A ver si en los próximos meses encuentran alguna fórmula mágica para salir de este atolladero. Porque, si se permite un minitrasvase del Segre al Llobregat, el conflicto está servido. Y eso que la guerra no ha hecho más que empezar.
4 comentarios
feriadelagua -
Luis Antonio -
Joherg -
Luis Antonio -