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josemarco

¿AUTOVÍA O AISLAMIENTO?

¿AUTOVÍA O AISLAMIENTO?

     A nadie se le oculta que una de las asignaturas pendientes de la comunidad autónoma de Aragón es la precariedad en las infraestructuras. Salvo contadas excepciones, como la línea del AVE a Madrid y a Barcelona - favorecida por la privilegiada posición de Zaragoza entre estas dos ciudades - la A-2 y la autovía mudéjar, todavía inacabada, Aragón está prácticamente a la cola de las demás autonomías en kilómetros de autovías y en comunicaciones eficientes.

    Tengo que reconocer que siempre me han gustado conducir por carreteras secundarias, sinuosas, empinadas, solitarias. Pero esto no se opone a una realidad que cada día se presenta más urgente y acuciante: la necesidad de desdoblar tramos de carretera aragoneses que condicionan un modo de vida propio del siglo XXI y repercuten seriamente en la despoblación de los medios rurales de las tres provincias de la comunidad.

     El último episodio de una serie de reivindicaciones pendientes - el desdoblamiento de la nacional II, el desdoblamiento de la peligrosísima N-232, la autovía hasta Alcañiz, la autovía desde Monreal del Campo hasta Alcolea del Pinar - ha sido de nuevo la solicitud de un replanteamiento serio y decisivo para que la A-40 - que unirá Teruel con Cuenca - sea una realidad en los próximos años. Para ello habrá que desbloquear asuntos relacionados con el impacto ambiental y echar mano de la imaginación para buscar alternativas fiables. ¿No ocurrió hace años con la conflictiva A-3 a su paso por las famosas hoces del Júcar? Y se solucionó. Eso sí, con mucho diálogo y con un notable incremento del presupuesto. Por eso hay que decir bien claro - y Fomento lo sabe - que el problema es económico y demográfico. Y si no se soluciona en pocos años, la provincia de Teruel seguirá aislada de la zona oeste de la península, como ya ha quedado aislada con el AVE a Valencia - en esto Cuenca nos ha cogido la delantera. Ayer la manifestación tuvo lugar en esta ciudad castellano-manchega. Eso sí, había muchas personas de Teruel, había representantes de la plataforma Teruel Existe, pero los políticos brillaron por su ausencia.

     A poco más de un mes para las elecciones autonómicas y municipales, los políticos deberían reflexionar de nuevo sobre el problema de las infraestructuras en Aragón. No pueden ni deben orillar un problema que ya conocen y que quizás vuelvan a sufrir en sus propias carnes cuando tengan que desplazarse a núcleos rurales alejados de las autovías, por carreteras tortuosas y comunicaciones obsoletas. Se darán cuenta también del progresivo despoblamiento de determinadas comarcas - especialmente en Huesca y en Teruel - y de la ausencia de un tejido industrial de futuro. Me imagino reflexionarán sobre este problema mientras se recrean en paisajes idílicos y contemplan los valles vacíos y silenciosos desde sus vehículos oficiales. Y se percatarán de que algunas carreteras sólo sirven para hacer turismo o para evocar nostálgicamente el pasado.

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