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josemarco

LOS OBISPOS

Cuando era pequeño, allá por los años sesenta, apenas celebrado el Concilio Vaticano II,veía a los obispos desde mi mente infantil como seres idealizados, casi cercanos a la divinidad, con su airosa mitra y su reluciente báculo. Afortunadamente, han ido cambiando los tiempos y los obispos actuales son más humanos, más auténticos y más cercanos al ciudadano de a pie. Es muy distinto el obispo que me confirmó en Rubí (Barcelona),en el año 1966,que el que nos recibió a un grupo de maristas en su residencia de Teruel allá por los años ochenta y tantos. Esta cercanía es cada vez más evidente, desde que rompió el fuego de la rigidez mental el llorado e irrepetible cardenal Vicente Tarancón. Ahora los obispos dan una de cal y otra de arena. Al menos, esa es mi impresión. Leo en la prensa que los obispos de Huesca y Tarazona se va a unir a la manifestación contra los matrimonios gays mañana por la tarde en Madrid. Dicen los humoristas que quizás desfilen bajo palio. Lo que no acabo de comprender es por qué se unen siempre en defensa de la moral, de su moral y muy pocas veces lo hacen para defender al pobre o al marginado. Es una impresión. Aunque podría haber excepciones, al estilo de Tarancón.

1 comentario

ana a. -

Y yo me pregunto dónde han estado mientras el pueblo se ha manifestado en contra de barbaries en que se mata y se muere.