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josemarco

LEOPOLDO DE LUIS

LEOPOLDO DE LUIS

Aunque lo conozco más como crítico literario que como poeta, estos días he tenido oportunidad de leer y releer alguno de sus versos y he comprobado la profundidad, sinceridad y aliento vital de sus poemas. Quizás no ha sido reconocido lo suficiente en vida. Plasmo una de sus elegías como homenaje y recuerdo a este poeta cordobés:

ELEGÍA
Con sus alas de plomo va la tarde;
pasa en la piel ceniza de los campos.
Difusamente cunde la penumbra,
vellón de sucia lana en el ocaso.

Tú eras también de luna y de paisaje...
Se ha oscurecido el mundo entre tus manos.
Se ha detenido el tiempo, río sordo.
La luz ya es sólo sombra de tus párpados.

Se siente caminar lejanamente.
Alguien cruza en la sombra hacia el pasado.
Nada delante. Olvido. Dios en sueños
aún alienta en el alma su amor manso.

Se retorna al recuerdo cual las olas,
una vez y otra vez, con lento paso.
Duele el amor, duele la certidumbre
de saberse de amor y odio poblados.

¿Ves? Somos cual la encina, aquí en la sombra.
Honda raíz, enfurecidos brazos.
Ferviente savia oculta nos abrasa.
La libertad nos nace por el llanto.

Como la luz, aquí también morimos,
en el hermoso otoño del ocaso.
Un ascua fugitiva hacia la sombra.
El amor anochece en nuestros labios.

 

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