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josemarco

LITERATURA

OCTUBRE

OCTUBRE

     Octubre es un mes cargado de promesas, preñado de nostalgia. Es un mes de recuerdos, de olvidos, de flores y de frutos. Es la antesala del otoño, orlada por una sinfonía de colores y por unos crepúsculos melancólicos. Nadie como Marina Casado, una joven poeta madrileña, ha plasmado mejor los latidos de este mes agridulce. El poema octubre pertenece a su primer libro Los despertares. Ahora acaba de publicar otro excelente poemario: Mi nombre de agua.

                              Octubre viene lleno de promesas doradas,

                              de pisadas crujientes e imposibles miradas

                              teñidas de silencio y de melancolía.

 

                              Los vientos amarillos que agitan mis sentidos

                              me hablan de pasados ahora ya remotos,

                              de niños que jugaban a pisar los caminos

                              atónitos por el crujir

                              de las hojas secas.

 

                              Un resplandor dorado que baña los paisajes,

                              los sentimientos vanos y los cuartos oscuros

                              enterrados en los sepulcros que guarda la memoria.

 

                              Una risa infantil que se pierde conmigo,

                              errabunda por los caminos ajenos a la angustia,

                              blanca como la voz del ululante viento

                              cargado de semillas, y de hojas y frutos.

 

                              Y de hojas y frutos...y de polvo dorado de hadas

                              que se pierde en el tiempo, allá donde los cuentos

                              sí tenían final, y donde las princesas

                              despertaban del sueño de su eterna añoranza.

 

                              Pero yo no despertaré, vagaré para siempre

                              por entre los otoños de oro y fuego, dormida,

                              susurrando a los vientos antiguas melorías,

                              mientras el tiempo parece detenerse

                              en los densos boscajes de mis sueños.

 

                              Por entre los otoños y las melancolías,

                              renunciaré a mi vana espera;

                              no se producirá aquel beso

                              que rompiese el hechizo.

 

                              Octubre se va lleno de atardeceres rotos,

                              y de sueños truncados,

                              y de caminos vanos que recorre

                              la doncella hechizada por la eternidad.

                              Todo bañado por el oro de las hojas marchitas

                              y el lamento del viento que susurra

                              que nada en esta vida es realidad.

CESARACOSTA, CIUDAD VISIGODA

CESARACOSTA, CIUDAD VISIGODA

    Se ha hablado y se ha escrito  mucho de la Zaragoza romana, de esa Caesaraugusta convertida en cruce de caminos y en uno de los baluartes de un imperio en expansión. También nos han llegado ecos y vestigios de la presencia de los musulmanes en la ciudad del Ebro. El palacio de la Aljafería es, precisamente, uno de los edificios más representativos de esta época medieval difícil y controvertida. Se han escrito numerosas obras sobre la Zaragoza romana y sobre la Zaragoza islámica. Pero pocos han abordado con acierto y determinación las décadas del siglo VII en las que la entonces llamada Cesaracosta se había transformado en una urbe muy importante en el marco de una Spania que acogía en su seno a culturas tan distintas como la romana, la judía o la musulmana.

            La escritora zaragozana Isabel Abenia acaba de publicar Erik el Godo, una novela en la que reconstruye minuciosamente el siglo VII de una ciudad en la que se codean los personajes más diversos. La autora de El alquimista holandés, novela que bucea en la apasionante vida de El Bosco, nos ha  vuelto a sorprender con este su segundo relato histórico. En él fusiona la ficción con la historia real de unos siglos apasionantes y desconocidos. Desde el primer momento nos atrapa la historia tamizada por la ficción del joven escandinavo Erik, que viaja a Zaragoza portando una carta misteriosa. El clan al que pertenece este niño de una excepcional precocidad atraviesa los Pirineos a mediados hacia el año 646 y se encuentra no sólo con la hostilidad de los habitantes de los lugares que visitan sino con el  cansancio, el frío y el hambre.

            En esta excelente novela, los ojos del joven protagonista se convierten en ventanas privilegiadas desde las que podemos contemplar la vida cotidiana de una ciudad amurallada, dominada todavía por los nobles romanos y sujeta a las vicisitudes de unos años en los que las enfermedades, la miseria y la marginación eran el pan de cada día. Pero no todo el panorama que nos ofrece esta obra es negativo. Ni mucho menos. Hay algunos personajes que prosperan y alimentan inquietudes culturales y humanitarias. Como el obispo san Braulio, al que sirve Erik durante los últimos años de su vida. De la mano de este joven e inquieto godo conocemos esa Cesaracosta que se convirtió junto con Toledo y Sevilla en uno de los faros culturales de España. Porque era un lujo para la época disponer de una buena biblioteca, de dos escuelas y de la iglesia de san Vicente, ubicada donde se encuentra la actual catedral de la Seo.

            Pero no todo es bueno en esta Zaragoza visigoda. Las prohibiciones de la iglesia católica de todo lo que recordara al paganismo anterior supusieron un retroceso en mejoras como los baños públicos o en actos festivos como las representaciones teatrales. Por eso, Cesaracosta soportó varias epidemias que diezmaron su población y tuvo que resistir numerosos asedios desde todos los ámbitos. Eso sí, mantuvo su independencia y demostró una vez más ese talante luchador que siempre ha caracterizado a los aragoneses.

            Hoy día, cuando está tan candente en Europa el problema de los refugiados, cuando la convivencia entre culturas vuelve a ser un hecho irreversible, cuando las diferencias políticas y sociales se acrecientan con los años, la evocación novelada de esta Cesaracosta visigoda nos ayuda a reflexionar sobre un presente convulso y sobre un futuro preñado de incertidumbre. Porque está claro que, aunque no hay ninguna adivina como la controvertida Galeswintha, sí que existen premoniciones que nos señalan caminos inexplorados e indicios de futuro. Así lo manifiesta este singular personaje en un sugerente epílogo: “No desaprovechéis vuestra vida venerando falsos ídolos…Buscad la sabiduría entre las páginas de los viejos libros y transmitidla a vuestra descendencia, tened en cuenta los errores de otros, las cruentas guerras y los desastres provocados por la ambición de unos pocos”.

EL DESPERTAR DE LA LUCIDEZ

EL DESPERTAR DE LA LUCIDEZ

     El próximo sábado, 6 de febrero a las siete de la tarde, el catedrático y escritor Prudencio Herrera, nacido en Aliaga, presenta su segundo poemario: Mujeres lúcidas ante el espejo. Después de dos años de la publicación de su primera antología, Prudencio nos regala una excelente selección de poemas que presentan dos motivos esenciales: el despertar de la lucidez y el simbolismo del espejo.

     En este su segundo libro de poemas, el autor turolense indaga en lo más profundo del ser humano con unos versos rotundos y descarnados. Y para ello ha utilizado un símbolo clásico en la literatura universal: el espejo. ¿Quién no recuerda las obras de Oscar Wilde, Lewis Carroll o Tolkien? A través del espejo el autor nos irá desvelando recuerdos de su infancia, las huellas del amor, evocaciones de viajes apasionantes, las lacras de una sociedad injusta, el paso inexorable del tiempo, el placer de la amistad, las reflexiones sobre la tarea poética y la inevitable presencia de la muerte.

     Pero este poemario, excelentemente ilustrado por la artista Cristina Franco Roda, va mucho más allá del ritmo pausado y rotundo de unos versos que nacen del fondo del alma del autor. Es además un homenaje explícito a todas aquellas mujeres que han empujado la historia luchando contra las adversidades y contribuyendo a cambiar un poco el mundo. Homenaje que culmina con un recuerdo especial a Ana María Matute, escritora inquieta, comprometida y deseosa de mejorar el mundo a través de su obra.

       Tal como afirma en su dedicatoria, escribir un libro es para Prudencio Herrera  una aventura maravillosa, pues considera a la poesía como una expresión vital que detecta las heridas de la condición humana cual "un jardín que nos reconcilia con la existencia y con la muerte".

CAPITULACIONES DEL SILENCIO

CAPITULACIONES DEL SILENCIO

     El pasado martes la librería Antígona de Zaragoza acogió la presentación del segundo poemario del poeta, ensayista y crítico literario Fernando Aínsa. Fue para mí un honor compartir con este amigo y paisano - afincado desde hace unos años en Oliete - la lectura de unos poemas que van más allá de las florituras poéticas al uso y de la retórica vana. Las composiciones de Capitulaciones del silencio y otras memorias vuelven la vida a un pasado nostálgico, apuntalan un presente cada vez más incierto y quebradizo y dibujan un futuro esperanzador.

     En este libro Fernando recuerda a sus seres más queridos - especialmente a su madre y a su hermana -; evoca vivencias irrepetibles; recorre una geografía familiar y casi íntima y nos invita a reflexionar sobre el paso del tiempo, los sueños, los latidos del amor y la presencia inevitable de la muerte.

     Como homenaje a Fernando, plasmo un fragmento del primer poema del libro, que evoca UN JERSEY NEGRO TEJIDO POR MI HERMANA

                                  Imagino a mi hermana tejiéndolo en silencio

                                  con torpeza de novicia,

                                  calculando los días que faltan para ponerlo al

                                  pie del árbol con la etiqueta:

                                  "Feliz Navidad 1963, querido hermano".

                                  En verano lo protejo de la polilla con pas-

                                  tillas de jabón perfumado,

                                  en invierno quisiera lucirlo al pasear mis re-

                                  cuerdos por el Parque Grande.

                                  Nadie repara en él si no cuento la remota

                                  historia de mi hermana tejiendo,

                                  esperando que yo cruzara aquellas navida-

                                  des el Atlántico.

 (En la fotografía Fernando lleva el mismo jersey negro del poema)

                          

 

CAVERNA PERPETUA

CAVERNA PERPETUA

     El título de un poema del último libro - Cuaderno de vacaciones - del poeta madrileño Luis Alberto de Cuenca nos invita a reflexionar en esta tarde dilatada de domingo sobre el sentido de la vida, la soledad, los recuerdos, el olvido y la melancolía.

     Con esta obra, el poeta, traductor, columnista y ensayista ha sido galardonado con el Premio Nacional de Poesía. Luis Alberto compagina la poesía tradicional con el aliento innovador del poema, la sencillez con el trasfondo cultural. Son excelentes sus sonetos y muy sugerentes sus alusiones a los clásicos de la Literatura Universal.

     Plasmo aquí este poema como homenaje al autor y a todos los que han asumido su soledad como compañera y aliada.

                             Como todos los hombres, vine al mundo

                            a recordar, porque el conocimiento

                            es tan sólo memoria, remembranza,

                            reminiscencia de otra realidad

                            mejor, más prestigiosa y más estable,

                            de la que un día fuimos desterrados.

                             La vida es perseguir inútilmente

                            la fuente primordial, donde confluyen

                            todos los hilos de agua del recuerdo,

                            rozar casi sus gárgolas y hundirse

                            en el suplicio de una sed eterna.

                             Tú, madre mía, soledad, aún puedes

                            salvarme de este olvido que amenaza

                            con sembrar de silencio las llanuras

                            sonoras de mi alma. Novia mía,

                            hermana soledad, dime qué hubo,

                            o si hubo algo, digno de memoria

                            fuera de la caverna en la que vivo. 

TARDE POÉTICA EN ALIAGA

TARDE POÉTICA EN ALIAGA

     Esta tarde, en la biblioteca de Aliaga, dentro de las jornadas culturales que organiza cada año Julia Escorihuela, participo con Luis Antonio Pérez en una charla-coloquio sobre LITERATURA Y VIDA. Me voy a centrar sobre todo en la poesía. Haré un recorrido por la poesía española, hablaré del por qué de la poesía y me centraré en algunos tópicos literarios, especialmente en el de la naturaleza. Al hilo de mi exposición he seleccionado los siguientes poemas: APRENDIZ DE POETA, AL FILO DEL OTOÑO, SOLO QUEDA EL PAISAJE, UN VALLE SILENCIOSO, LLUVIA DE ESTRELLAS, ATALAYA y VIRGEN DE LA ZARZA.

    Precisamente hace nueve años, en estas mismas páginas, hablaba también de LITERATURA Y VIDA. Manifestaba mi preocupación por el desconocimiento que tienen nuestros alumnos de secundaria y bachillerato de nuestros autores más relevantes. Y de lo poco que conocen a los clásicos. También aludía a la influencia de las nuevas tecnologías a la hora de leer más o, tal vez, de alejarse de los libros. Esta tarde, en el coloquio final moderado por Luis Antonio, hablaremos precisamente del papel de las nuevas tecnologías en el futuro de la literatura, de las bibliotecas, de las editoriales, de la prensa y de los nuevos lectores.

    Esto es lo que escribí en el 2009: Me gustaría que mis alumnos de tercero de ESO supieran quién fue Baroja o quién es Rosa Montero. Me gustaría que estos alumnos comprendieran mejor el vocabulario cotidianoy distinguieran "cursi" de "cursillo" o "fatalidad" de "banalidad". Me gustaría que mis alumnos de segundo de Bachillerato leyeran con entusiasmo a Kafka, a Joyce o a García Márquez. Que apreciaran más la Literatura, que valoraran más los libros, que entraran con curiosidad en la biblioteca, que subrayaran las palabras difíciles durante la lectura o consultaran el olvidado diccionario. Pero, al parecer, no es así, la realidad no va por ese camino. Hoy mandan las consolas, las plays, internet y los móviles. Se impone la imagen y se extiende la incultura lingüística y literaria. ¿Pesimismo? ¿Realismo? No lo sé. El tiempo nos lo irá demostrando.

LA VIDA ERA ESO

LA VIDA ERA ESO

     Acabo de leer la última novela de la escritora valenciana Carmen Amoraga. Con La vida era eso, premio Nadal 2014. La autora nos habla en ella de la pérdida, la ausencia, el duelo y la manera de superar esta angustiosa situación.

     A medida que la iba leyendo, me sentí identificado con la protagonista en muchos de los momentos posteriores a la muerte del ser querido. Porque los que hemos vivido de cerca el hachazo de la muerte no nos resignamos al conformismo e intentamos superar la situación con valentía, con serenidad y, por supuesto, con el imprescindible apoyo de los seres queridos.

    Aunque no es una obra de excelente calidad literaria, La vida era eso está llena de citas literarias que, como sabias sentencias, pueden ayudar a los que hemos pasado por una situación similar. De todos modos, el mérito de la novela es la incorporación del lenguaje de las redes sociales a la narrativa contemporánea. El perfir de Facebook del marido ausente le sirve a la viuda para comunicarse con él y ponerle al corriente de su vida cotidiana con las niñas que tanto le echan de menos.

     "Aprender a perder es aprender a vivir". Es una de las frases de la autora que sintetizan un proceso doloroso que se nutre de recuerdos agridulces y que el paso del tiempo va suavizando poco a poco. Eso sí, el recuerdo de la persona amada está ahí, idealizado, mitificado y omnipresente en el día a día. "La literatura tiene un efecto mágico para quien lee o escribe", dijo Carmen al recibir el galardón. Por eso vuelvo a la escritura después de un breve paréntesis y espero seguir hilvanando mis recuerdos, mis sentimientos, mis críticas, mis valoraciones y mi percepción del fluir inevitable del tiempo.

TRANSPARENTE

TRANSPARENTE

     La poeta gaditana y profesora de Lengua y Literatura Rosario Troncoso acaba de publicar un nuevo poemario: Transparente.  Desde que inició su andadura literaria con Huir de los domingos (2006), no ha dejado de sorprendernos con otras antologías, con sus artículos de opinión y con la dirección de la revista literaria y cultural El ático de lo gatos.

    En este último libro, Rosario desvela sus inquietudes más profundas y abre los ojos del alma a la realidad cotidiana, tan ingrata como colmada de plenitud. En la primera parte - Derribos controlados - nos acerca a esa eternidad provisional que vivimos día a día y es consciente de la fugacidad - "Hoy me atraviesa / una inquietud de peces" -  y de la caducidad de un presente que se esfuma: "El gran futuro fue / el sueño de los otros." Porque en este arduo camino que es la vida, hay que asumir la soledad y "desaprender a vivir", como si uno se fuera despojando día a día de un lastre efímero, emocional. Esos "dedos del tiempo" que en el poema La náusea aparecen inquietantes sobre la cama.

     En la segunda parte - Ya no son inquietantes las rutas conocidas - la autora sale a la calle, se encara con la realidad y muestra su inquietud por el deshaucio real y vital. En el poema Unas manos que abriguen reflexiona sobre la ausencia de seres queridos y en Mil sombras repentinas vuelve a ser consciente de lo efímero: "La certeza de que todo se acaba / enmudece a los pájaros". La poeta abre los ojos a la realidad y desde el primer poema Deuterofobia expresa un sentimiento solidario y compartido: "Porque duele la gente / duelen los días más largos". También indaga en la la tarea de escribir, en el poder de la palabra y en esa tentación de escepticismo tan bien expresada en el poema Nada: "Quizás nada ya importe demasiado / cuando no hay asideros".

     Voy a compartir el poema Palabras. Me recuerda su primer poemario Huir de los domingos en él se refleja el peso de lo cotidiano y el secreto de una existencia plena:

                                              A pesar del domingo

                                              y sus calles desiertas,

                                              cocinaba palabras para ti.

                                            Para llevártelas, aún calientes,

                                              me bebía la acera hasta tu casa

                                              apartando hojas secas, desmayadas,

                                              de la línea que subraya el camino

                                              de vuelta a lo que existe.

VIAJE HACIA LA VIDA

VIAJE HACIA LA VIDA

     ¿Os imagináis el viaje de Ulises hacia Itaca como un periplo de resurrección? ¿Os imagináis a Penélope contemplando desolada del cadáver de Ulises y comprobando después que ha vuelto a la vida? Este es el entramado narrativo del último poemario de la poeta soriana Maribel Hernández. que presentó el pasado día 7 en la librería zaragozana La pantera rosa.

     Maribel es una gran poeta. Sus poemas rezuman magia y destilan sencillez a raudales. Este tercer poemario, titulado Atomic Pink, continúa la línea ascendente de sus dos antologías anteriores - Sonora (2010) y Extraños con paraguas (2011). Pero en este último libro Maribel se mira al espejo de los sueños y contempla desde el tren cotidiano - como metáfora de la vida - ese paisaje que inunda su interior y se transfigura en vida, soledad, silencio y nostalgia.

     La originalidad de Atomic Pink reside además en su identidad marcadamente teatral, que recuerda en cierto modo la estructura de un libreto de ópera. La poeta soriana, que reside actualmente en Alemania, nos contagia con un entramado narrativo, de un paisaje otoñal, de unos sentimientos de nostalgia y de una profunda introspección en las galerías del propio yo. Unas galerías que evocan a Antonio Machado, de quien Maribel se muestra una gran admiradora.

     En este viaje de la noche al día, del crepúsculo al alba encontramos diversos motivos, entre los que destacan esos labios pintados de rosa que sirven de hechizo, de herida interior y de comunión con el paisaje. He seleccionado un breve poema otoñal que quiero compartirlo con vosotros. En él se advierte un trasfondo surrealista plasmado en audaces y originales metáforas plásticas.

                                          En una lágrima de alquitrán

                                          marcando de norte a sur

                                          mi mejilla derecha,

                                          pasaron algunas migajas del otoño.

                                          Un otoño poderoso. Irrecuperable.

                                          Aunque algunas tardes aún

                                          vuelva, y las horas caigan como antes,

                                          con su mismo vértigo de suicida,

                                          desde el mirador.

                               

UN MERECIDO CERVANTES

UN MERECIDO CERVANTES

     A principios de semana se dio a conocer el ganador del premio Cervantes, el más prestigioso de las letras españolas. Esta vez le correspondió a un gran novelista que está ya en los últimos años de su carrera, a Juan Goytisolo. Su audacia formal y talante renovador, su espíritu crítico y rebelde, su independencia estética y estilística y su talante cosmopolita ha sido méritos suficientes para alzarse con este galardón.

     Siempre he sentido atracción por la narrativa de este escritor barcelonés que se autoexilió durante el franquismo y alterna su residencia entre Marrakech y París. Me cautivó una de sus primeras novelas, Duelo en el paraíso, como alegoría cruda de la guerra civil. Me sedujo Señas de identidad, que iniciaba una excelente trilogía y continuaba la senda innovadora que inició el malogrado Luis Martín Santos con Tiempo de Silencio.

    En 1980 aparece Makbara, una de sus novelas más innovadoras y rupturistas. Tuve la suerte de asistir a su presentación del el aula magna de la universidad  Central de Barcelona. Un público joven y expectante llenaba la sala. Y Juan, el mayor de los Goytisolo, con voz acerada, leyó una de las secuencias de esa novela que nos sorprendió por su dificultad y hermetismo.

     Pero la trayectoria de Juan Goytisolo va mucho más allá de su narrativa. Ensayos como España y los españoles, Crónicas sarracinas o Disidencias son una muestra más de la agudeza crítica de un intelectual que ha visto la realidad española y europea desde una atalaya privilegiada. Tampoco podemos dejar de lado sus artículos, conferencias y tertulias literarias.

     Nuestro mejor homenaje sería releer su obra y disfrutar de una prosa que oscila entre el realismo descarnado y el simbolismo comprometido.

LA ACTUALIDAD DE ANGEL GONZÁLEZ

LA ACTUALIDAD DE ANGEL GONZÁLEZ

     Ayer, en la biblioteca del instituto, un alumno de secundaria me pidió que le proporcionara un libro de poesía para leer un rato. Me sorprendió gratamente y me entusiasmó la propuesta. Me acerqué a la estantería de poesía y, después de consultar algunos ejemplares, me topé con una Antología de poesía para jóvenes de Ángel González (Oviedo, 1925 - Madrid, 2008). Tanta fue mi satisfacción y la del propio alumno que me he llevado este pequeña antología - con prólogo, introducción y entrevista con el autor de Benjamín Prado - para este fin de semana.

     En mi relectura de uno de los poetas más admirados me he topado - no podía ser de otra manera - con el poema Inventario de lugares propicios al amor. Al leerlo me he dado cuenta de su rabiosa actualidad. Por eso quiero compartirlo con vosotros en esta mañana suave y soleada de otoño.

                                        Son pocos.

                                        La primavera está muy prestigida, pero

                                        es mejor el verano.

                                        Y también esas grietas que el otoño

                                        forma al interceder con los domingos

                                        en algunas ciudades

                                        ya de por sí amarillas como plátanos.

                                        El invierno elimina muchos sitios:

                                        quicios de puertas orientadas al norte,

                                        orillas de los ríos,

                                        bancos publicos.

                                        Los contrafuertes exteriores

                                        de las viejas iglesias

                                        dejan a veces huecos

                                        utilizables aunque caiga nieve.

                                        Pero desengañémonos: las bajas

                                        temperaturas y los vientos húmedos

                                        lo dificultan todo.

                                        Las ordenanzas, además, proscriben

                                        la caricia (con exenciones

                                        para determinadas zonas epidérmicas

                                        - sin interés alguno -

                                        en niños, perros y otros animales)

                                        y el "no tocar, peligro de ignominia"

                                        puede leerse en miles de miradas.

                                        ¿Adónde huir, entonces?

                                        Por todas partes ojos bizcos,

                                        córneas torturadas,

                                        implacables pupilas,

                                        retinas reticentes,

                                        vigilan, desconfían, amenazan.

                                        Queda quizá el recurso de andar solo,

                                        de vaciar el alma de ternura

                                        y llenarla de hastío e indiferencia,

                                        en este tiempo hostil, propicio al odio.

AGOSTO EN ALIAGA (V)

AGOSTO EN ALIAGA (V)

                                           ROMANCE RURAL

                                    Con sosiego y sin recato

                                    ya llega la primavera

                                    y se engalana el paisaje

                                    recoleto de la sierra.

                                    El agua murmura alegre

                                    no muy lejos de la vega

                                    y un rebaño avanza lento

                                    entre trochas y veredas.

                                    Ya los chopos centenarios

                                    con el verde por bandera

                                    flanquean el cauce oculto

                                    de un río que serpentea.

                                    Hasta las campanas tristes

                                    repican de otra manera

                                    en este final de mayo

                                    con olor a hierbabuena.

                                    A la vera del camino

                                    unos ancianos sestean

                                    y los niños, impacientes,

                                    estremecen las aceras.

                                    Ya se atisba en este valle

                                    el verano que se acerca

                                    mientras la noche se acorta

                                     y el día crece con fuerza.

                                     Llegarán las sanjuanadas

                                     y una explosión de verbenas

                                     y las calles silenciosas

                                     se engalanarán de fiesta.

                                     Color, calor y alegría

                                     son ingredientes que alientan

                                     esta estación que renace,

                                     que se espera y que se sueña.

AGOSTO EN ALIAGA (III)

AGOSTO EN ALIAGA (III)

     La tarde de ayer quedará durante años en el recuerdo de muchos vecinos de Aliaga. El hotel Molino Alto sirvió de marco incomparable para la presentación del libro Historia de mujeres habitadas de Prudencio Herrera Piqueras. Prudencio, catedrático de Lengua y Literatura y escritor, presentó su primer poemario en su pueblo natal acompañado de sus amigos y conocidos. Fue un acto emotivo y sencillo. Después de una breve presentación a mi cargo, el autor y la también poeta local Rosa María Ayora leyeron fragmentos del libro muy bien contextualizados y agrupados por temas o inquietudes.

     Porque el libro de Prudencio no es un poemario tradicional al uso. Es un viaje apasionante de la mano de la poesía. Un viaje hacia la infancia en su querido pueblo turolense, un viaje hacia el corazón lacerado de tantas mujeres que sufren la soledad y la incomprensión, un viaje hacia ciudades europeas con encanto, un viaje hacia la familia, hacia la amistad, hacia el amor y el desamor, hacia la situación actual de descrédito de los políticos, hacia la memoria, hacia el olvido, hacia la pasión.

    Disfruté mucho durante esta hora poética. Y me emocioné al igual que Chencho, su mujer, su hermano, su cuñada y todos los que compartimos unas palabras sinceras, descarnadas, sin la retórica a que tantos poetas nos tienen acostumbrados. Porque la poesía sigue siendo un arma cargada de futuro, parafraseando a Gabriel Celaya. Porque la poesía es un vehículo de reflexión existencial, como se preguntaba Miguel Labordeta delante del espejo. Porque la poesía es un viaje machadiano y se viste de inocencia cada día al modo de Juan Ramón Jiménez.

     Hay que agradecer la presencia activa de todos los que nos acompañaron, la acogida de los responsables del hotel Molino Alto y los buenos deseos de todos los que nos quisieron acompañar pero no pudieron por diversos motivos. El verano cultural sigue en marcha en Aliaga. Lástima que agosto se vaya desgranando sin tregua. Porque hay día que merecen un alto dilatado en el camino.

ADIOS A UNA NOVÍSIMA

ADIOS A UNA NOVÍSIMA

     Nos ha dejado esta pasada semana una de las escritoras más representativas de la renovación literaria de los años setenta. Eclipsada tal vez por la sombra agigantada de su hermano Terenci, Ana María se revela desde los años sesenta como una excelente periodista, como una poeta rupturista y como una impulsora del mundo editorial que en Barcelona fue testigo e impulsor del famoso "boom".

     La pequeña y jovencísima Moix fue incluida por el poeta y editor José María Castellet, recientemente fallecido, en la antología Nueve novísimos poetas españoles. En ella figuraba la joven promesa literaria junto a Manuel Vázquez Montalbán, Pere Gimferrer o Leopoldo María Panero. Querían resucitar el Modernismo de Rubén Darío, implusar un nuevo vanguardismo y romper con la ya repetitiva poesía social de las décadas anteriores.

      La actividad literaria de Ana María era casi frenética. Publicó también novelas, ensayos y cuentos para niños. Toda su vida estuvo dedicada a la Literaruta hasta que la enfermedad la sumió en una discreta postración. En los últimos años se intensificó su sentido crítico sobre la situación que vivían España y el mundo. Esto lo reflejó en un Manifiesto personal, un puñetazo moral sobre la mesa en defensa de los valores cívicos y democráticos.

     Mi sencillo homenaje a esta poeta es recordar uno de sus poemas más emblemático

                   Andando el tiempo se verán las caras, esos que gritan por las esquinas

                  viva la revolución. Degeneramos, compañeros. Preguntad al mozo de

                                telégrafos si le gusta la historia de Rossy Brown.

                   Rossy partió bajo la luna, una noche de fiesta en casa de Míster Brown.

                   Un caballero la envolvió en su capa y a sus sueños la llevó.

                   Regresó luego, triste y perdida, y a los pies de la mamá sollozó: Yo no

                   sabía qué me decía aquella noche, verbena de San Juan, cuando dije 

                  estoy cansada y tengo sueño, mañana ya os veré. Tengo una herida y un

                   hijo muerto. Sólo su capa Jim me dejó. Era mi dueño, y aunque lo digan,

                                                Jim nunca fue salteador.

                   Lo saben Rossy y la cocinera que en el ajo estuvo en la ocasión: Jim

                   vuelve siempre. De madrugada su canción canta a las muchachas de

                                                negros ojos y dulce voz.

                                                Un amor tien cualquiera

                                                pero dulce Jim no.

                 Y es que el mozo de telégrafos está enamorado, y no sabe qué hacer para

                     que la hija de la portera entienda que no es muchacho del montón.

                   

                  

ADIOS A UN POETA MACHADIANO

ADIOS A UN POETA MACHADIANO

     La semana pasada nos dejó un gran poeta, Félix Grande. Nacido en Mérida de madre republicana, pero enraizado en Tomelloso, se trasladó a Madrid a los veinte años y pulsó diversas teclas del arte y de la cultura. Hasta que se inclinó por la poesía, sin dejar de lado su gran interés por el flamenco. Con su poemario Las piedras obtuvo el premio Adonais en 1964 y, desde entonces, nos fue regalando excelentes poemas, relatos inolvidables y acertados ensayos. No podemos olvidar su novela Las calles o su ensayo Memoria del flamenco.

     Porque Félix fue desde sus primeros versos un autor comprometido, coherente, de hondas raíces existenciales. Siguió la estela de Antonio Machado y del gran César Vallejo. Colaboró con Luis Rosales en la revista Cuadernos Hispanoamericanos y obtuvo el Premio Nacional de las Letras Españolas en 2004. Esposo y padre de poetas, nos ha dejado una huella profunda e imborrable no sólo como escritor sino como persona. Su último poemario Libro de Familia cierra un círculo que, a pesar de su ausencia, quedará entre nosotros como un halo mágico y sugerente.

     Transcribo un poema del autor extremeño-manchego como homenaje y reconocimiento a este enamorado de las letras que enlazó la poesía social de los años cincuenta con la de los novísimos de Castellet, también recientemente fallecido:

                            Del árbol de los tiempos nos hemos desprendido

                           bajo todo un sistema de galaxias de años

                           y ahora estamos mirándonos y nos vemos extraños

                           igual que dos océanos que se hubieran unido.

                           hemos viajado tanto, es tan hondo el misterio

                           de coincidir, y amarse, desde vías tan remotas;

                           aún estamos buscándonos en el tiempo: dos motas

                           de polvo de ciprés tanteando un cementerio;

                           nos estamos mirando como dos aves pobres,

                           lastimados de vuelo, lastimados de espacio,

                           lastimados del tiempo que nos ha estado viendo;

                           nos estamos mirando lo mismo que dos sobres

                           cerrados el uno frente al otro que, despacio,

                           se van abriendo, se van abriendo, se van abriendo.

 

VACÍO CULTURAL

VACÍO CULTURAL

      El barrio de las Fuentes se ha quedado de nuevo huérfano de cultura. Su librería más emblemática EL PEQUEÑO TEATRO DE LOS LIBROS - que saludamos alborozados el 28 de diciembre de 2008 en estas mismas páginas - echó el cierre definitivo después de las vacaciones navideñas. Han sido más de cinco años de dedicación total a la literatura por parte de Ciro y Carolina. Meses y meses de proyectos ambiciosos, de exposiciones, de cuentacuentos, de recitales poéticos, de presentaciones de libros, de tardes de blog,...

     Solía pasar casi cada día por la calle Silvestre Pérez y contemplaba ese oasis cultural rodeado de establecimientos comerciales, de bares y de las pocas tiendas de siempre que aún sobreviven. Y admiraba la labor de estos dos jóvenes inquietos y emprendedores a quienes deseo toda la suerte del mundo en su próxima andadura.

     En estos tiempos de crisis, la cultura es una de las más perjudicadas. Y en esta era de internet, los libros de papel, los libros de siempre van quedando en segundo o tercer plano. No sé cuál será el futuro de otras librerías en un futuro próximo. Tendrán que agudizar el ingenio para mantener a los que disfrutamos con un buen libro y conducir a los niños y adolescentes por el camino de la literatura. Tarea difícil, desde luego, pero apasionante.

      Porque si alejamos la lectura de nuestras vidas, si prescindimos de un buen libro, si nos contentamos con lo virtual, si nos olvidamos de las buenas publicaciones, fomentamos la incultura, la ausencia de espíritu crítico y la pobreza ideológica y cultural.     

    

LA PASION DE LA PALABRA II

LA PASION DE LA PALABRA II

     Acaba de fallecer en México el poeta argentino Juan Gelman. Un poeta coherente, comprometido, crítico. En sus poemás plasmó la dureza de su vida, la herida del exilio y la lucha por la justicia y la libertad.

     Reproduzco lo que escribí en el año 2007 con motivo de la concesión del Premio Cervantes.

     Ayer, contra todo pronóstico, el poeta argentino Juan Gelman (Buenos Aires, 1930), obtuvo uno de los mejores galardones de la lengua castellana: el Premio Cervantes. Es un merecido reconocimiento a una trayectoria poética comprometida. Porque este compositor precoz - escribió sus primeros poemas a los nueve años - lleva tatuada la poesía en el cuerpo. Gelman es un poeta que vive y transpira poesía. En la palabra se recrea como pez en el agua. Y con la palabra crea, imagina, sobrevive, lucha, se rebela, exclama, interroga, construye un mundo diferente, intemporal, casi mágico. El amor, la vida y la muerte surcan unos poemas en los que la ternura convive con la angustia. Este poeta de ascendencia ucraniana, que sufrió en sus carnes y en las de sus hijos los horrores de la dictadura argentina, sigue escribiendo día tras día. Porque la poesía es la sangre de sus venas, la semilla de su ilusión por vivir, el pájaro que revolotea en su mente todavía diáfana.

      Plasmo un poema en el que el vate argentino ensalza la poesía, hostil al capitalismo rampante del siglo XXI:

                                  Toda poesía es hostil al capitalismo

                                  puede volverse seca y dura pero no

                                  porque sea pobre sino

                                  para no contribuir a la riqueza oficial

 

                                  puede ser su manera de protestar de

                                  volverse flaca ya que hay hambre

                                  amarilla de sed y penosa

                                  de puro dolor que hay puede ser que

 

                                  en cambio abra los callejones del delirio y las bestias

                                  canten atropellándose vivas de

                                  furia de calor sin destino puede

                                  ser que se niegue a sí misma como otra

 

                                  manera de vencer a la muerte

                                  así como se llora en los velorios

                                  poetas de hoy

                                  poetas de este tiempo

 

                                  nos separaron de la grey no sé qué será de nosotros

                                  conservadores comunistas apolíticos cuando

                                  suceda lo que sucederá pero

                                  toda poesía es hostil al capitalismo.

 

                                 

                     

 

                                 


                                           

LAS PEQUEÑAS ESPINAS DE RAQUEL

LAS PEQUEÑAS ESPINAS DE RAQUEL

     Tengo entre mis manos el último poemario de la poeta gaditana Raquel Lanseros. Con Las pequeñas espinas son pequeñas Raquel ha obtenido por unanimidad el XXIX premio Jaén de poesía. Publicada por la incombustible editorial Hiperión, esta jugosa y densa antología es un maduro paso adelante que continúa de modo ascendente la trayectoria marcada por Leyendas del promontorio (2005), Diario de un destello (2006), Los ojos de la niebla (2008) y Croniria (2009).

     Desde el poema introductorio "Contigo", en el que la autora indaga en su propio interior y se pregunda quién es como Miguel Labordeta: Mil veces he deseado averiguar quién soy, hasta el denso poema final "Himno a la claridad", en el que proclama un optimismo guilleniano como un canto a la vida: No hay verdad más profunda que la vida, Raquel reflexiona sobre su propia existencia y hace un balance a mitad del camino. La poeta desnuda con sinceridad su propio interior y comparte con el lector los sentimientos de amor, nostalgia, pérdida, amistad, olvido y anticipo de un futuro incierto frente al acoso del calendario y la presencia de la muerte. Tal como confiesa Lanseros: "Es un libro que significa mucho para mí, porque todos los poemas en él contenidos responden a una vivencia, a una reflexión, a un sentimiento, a un aprendizaje o a todo ello a la vez".

     He leído y releído cada uno de los 40 poemas, agrupados en cuatro partes - CUANTO SÉ DEL ROCÍO, CÓNCLAVE DE MARIPOSAS, CROQUIS DE LA UTOPÍA y EL PASADO ES PRÓLOGO - y me he quedado con una sensación de haber cortejado con lo sublime, con lo mítico, con las raíces más profundas de la tierra y del ser humano. Porque Raquel conoce muchas culturas y se hace eco de nuestra más primigenia tradición literaria. Están presentes los ecos manriqueños en el poema "Maldición y venganza": Hay veces que la muerte se avergüenza de serlo, fluyen los senderos ocultos machadianos en el poema "Plegaria del clarividente": Sé que voy a marcharme sin bolsillos, y afloran los guiños a Larra, a Dámaso Alonso, a Borges y a Umberto Eco.

    El endecasílabo predominante en casi todos los poemas - alternado con el alejandrino y el heptasílabo - llega hasta nosotros enriquecido por insólitas metáforas y surcado de interrogaciones retóricas que evidencian la profunda reflexión sobre los aspectos esenciales de la andadura humana. Raquel ensalza y abraza la vida: La vida es hermosa como una novia al alba, busca una rendija para eludir el fantasma de la muerte: Cuando te encuentre, morirá la muerte, se interroga sobre un más allá inaccesible: ¿Quién está percibiendo a través de nosotros? y compone una inquietante "Canción de ultratumba": Es delgada la lámina que separa los mundos / que un mismo corazón cultiva en sus entrañas.

     ¿Cuál es el secreto de estos versos? ¿Qué horizonte alcanza esta voz poética? La misma autora nos lo revela con su sencillez habitual: "Por encima de todo, la voz poética está presidida por las constantes ganas de vivir". "El misterio de la vida se canta con la devoción de quien redescubre el mundo cada día".

     He seleccionado un poema que me parece representativo de este aliento vital, de este desafío a lo efímero y de una nostalgia agudizada en estas fechas crepusculares del calendario:                           

                                              FAROS ABANDONADOS

                                    Se le amotinan los huesos a mi madre,

                                    mi padre comparece al ocaso de su vista,

                                    el invierno decreta el estado de sitio

                                    a los pocos ancianos que aún resisten.

                                    Los sólidos colosos de mi infancia,

                                    almenas de altas torres,

                                                                      postas de caminantes,

                                    ahora son hostigados por el calendario.

                                    La impotencia me asfixia

                                    cuando - al aproximarse - los contemplo risueña.

                                    No quiero que sospechen mi dolor al sentir

                                    qué mayores se están haciendo mis mayores.

AMOR, BLANCO ROTO

AMOR, BLANCO ROTO

     Hay relatos que pasan inadvertivos ante nuestros ojos; pero otros nos envuelven en un halo caleidóscópico y nos abren el camino de la reflexión y de la inquietud. Un camino machadiano, un camino blanco, un camino polvoriento como el que recorren los protagonistas de la novela Imán, de Ramón J. Sender, tío de la escritora y profesora Chusa Garcés, que acaba de publicar su libro de relatos Amor, blanco roto.

El segundo libro de la autora oscense, que forma parte de la trilogía del color, iniciada en 2012 con Las pérdidas rojas, nos adentra en un mundo blanco, en el que el deseo es un motor y el erotismo y el sexo se convierten en ingredientes que nos alejan momentáneamente del dolor, de la soledad y de la muerte. 

La prosa de Chusa Garcés es cadenciosa, envolvente, deliberadamente poética. Sus metáforas nos presentan barreras insalvables que se transforman en algo roto. Porque en sus relatos se rompen las ilusiones de una relación amorosa frustrada, se rompe el hechizo de la soledad, se rompe el sabor agridulce de los veranos y se rompe una trayectoria vital aparentemente prometedora y exitosa. Todo ello aderezado con excelentes sinestesias y con un inusual cromatismo. 

La autora utiliza con maestría un entramado metaficcional y de la mano de Angélica Grossman, su alter ego, convierte en realidad las ensoñaciones y fantasías. "El cielo es una puerta blanca que da acceso al universo", afirma en su relato "Coitus interruptus". Y es esa puerta blanca la que anticipa vivencias plasmadas en relatos con finales abruptos, como el que da título al libro. En "La historia de amor más breve jamás contada" nos acerca al enamoramiento virtual, tan presente en los últimos años, y sintetiza sus emociones en una explícita reflexión existencial: "Así es la vida, un camino de búsqueda incesante para no morir de deseo o de soledad".

De la mano de Chusa - o de su alter ego - revivimos los veranos anodinos de la adolescencia, las inquietudes y el desasosiego de las largas esperas en aeropuertos fantasmagóricos, la soledad de los hoteles de Lisboa, el alejamiento de la ciudad, las ausencias de los seres queridos, las heridas de una sociedad dominada por el capitalismo, las insatisfacciones del amor, el erotismo como experiencia fugaz y el sexo como oscura vía de escape. Porque en Amor, blanco roto se nos presenta la vida como inquieta esperanza, como vana ilusión, como búsqueda incesante de un no sé qué secreto y misterioso.

Comenté con la autora el pasado día 20, día de la presentación del libro en Zaragoza, la tenue frontera que existe entre la poesía y el relato breve. Ambos condensan emociones, adensan sentimientos y ofrecen retazos de vida. Una vida que se manifiesta desde dentro, desde lo más profundo, con esa primera persona envolvente, con esos guiños al lector, con esos vaivenes cromáticos entre la realidad y la ficción. He disfrutado con la lectura y relectura de estos relatos. Y espero ilusionado la nueva entrega de la trilogía de una escritora que ha iniciado una andadura prometedora. 

CARTONES CANÍBALES

CARTONES CANÍBALES

     La periodista y escritora oscense Estela Puyuelo me ha enviado unos poemas que tienen como denominador común la intensidad expresiva, la rotundidad del ritmo y la frescura del lenguaje. Uno de ellos se titula Cartones caníbales y creo que viene como anillo al dedo en estos días prenavideños de consumo compulsivo y de multiplicación de residuos y desechos.

     Mientras unos desembalan miles de paquetes con juguetes, regalos u objetos innecesarios, otros rebuscan en los contenedores azules y llevan el cartón a algún almacén a cambio de unos pocos euros para sobrevivir. Es la cara agridulce de una nueva Navidad marcada por una crisis de la que no se atisba el final. Mi gratitud a Estela, una gran poeta, y mi homenaje a las personas solidarias y conscientes de una realidad tan injusta y desigual.

                         ¡Cuidado con las cajas vacías,

                         esas perfectamente bronceadas que hablan de fragilidad!

                         Observa los entornados párpados de sus ojos esquivos

                         en su letargo de digestión lenta

                         que evitan mirar de frente y mostrar su interior.

                          Despliegan su cuerpo ahora tridimensional,

                         abren la boca y pregonan la inutilidad del mundo.

                         Tienen hambre de ropa vieja, desfasada, incómoda e inconveniente,

                         de vestidos de novia.

                         Se alimentan de aparatos aniquilados por la era tecnológica y

                         tragan con ansia viejas cajitas

                         que fueron úteros fértiles garantizados

                         siempre a la espera de mejorar el parto.

                          Pero su manjar predilecto, presa fácil,

                         son los manuales de instrucciones,

                         ingenuos, ignorados, impotentes,

                         como docentes sin autoridad.

                         Amordaza esas cajas con cinta adhesiva,

                         cierra sus fauces hambrientas

                         antes de que te engullan

                         una tarde de aburrimiento, soledad o angustia.

                          Para mí ya es tarde.

                         La caja marrón estira sus solapas,

                         me estrangula con su garganta áspera,

                         deposita mi cuerpo en el interior de su estómago

                         y se cierra tras un raspazo.

                          Antes de digerirlo,

                         vislumbro entre las rendijas

                         las palabras que se grabarán en mi epitafio:

                         "¡Otra caja al trastero!"