CARTONES CANÍBALES

La periodista y escritora oscense Estela Puyuelo me ha enviado unos poemas que tienen como denominador común la intensidad expresiva, la rotundidad del ritmo y la frescura del lenguaje. Uno de ellos se titula Cartones caníbales y creo que viene como anillo al dedo en estos días prenavideños de consumo compulsivo y de multiplicación de residuos y desechos.
Mientras unos desembalan miles de paquetes con juguetes, regalos u objetos innecesarios, otros rebuscan en los contenedores azules y llevan el cartón a algún almacén a cambio de unos pocos euros para sobrevivir. Es la cara agridulce de una nueva Navidad marcada por una crisis de la que no se atisba el final. Mi gratitud a Estela, una gran poeta, y mi homenaje a las personas solidarias y conscientes de una realidad tan injusta y desigual.
¡Cuidado con las cajas vacías,
esas perfectamente bronceadas que hablan de fragilidad!
Observa los entornados párpados de sus ojos esquivos
en su letargo de digestión lenta
que evitan mirar de frente y mostrar su interior.
Despliegan su cuerpo ahora tridimensional,
abren la boca y pregonan la inutilidad del mundo.
Tienen hambre de ropa vieja, desfasada, incómoda e inconveniente,
de vestidos de novia.
Se alimentan de aparatos aniquilados por la era tecnológica y
tragan con ansia viejas cajitas
que fueron úteros fértiles garantizados
siempre a la espera de mejorar el parto.
Pero su manjar predilecto, presa fácil,
son los manuales de instrucciones,
ingenuos, ignorados, impotentes,
como docentes sin autoridad.
Amordaza esas cajas con cinta adhesiva,
cierra sus fauces hambrientas
antes de que te engullan
una tarde de aburrimiento, soledad o angustia.
Para mí ya es tarde.
La caja marrón estira sus solapas,
me estrangula con su garganta áspera,
deposita mi cuerpo en el interior de su estómago
y se cierra tras un raspazo.
Antes de digerirlo,
vislumbro entre las rendijas
las palabras que se grabarán en mi epitafio:
"¡Otra caja al trastero!"
0 comentarios