LA CHAMPAÑADA
Los estudiantes de la Universidad de Zaragoza - y me imagino que los de otras facultades - quieren desearse la Navidad "a lo grande"; es decir con una gran fiesta-botellón y con la consiguiente borrachera. Bien mirado, no es una actuación reprobable. Lo que ocurre es que estos jóvenes, que en teoría tienen una selecta educación, dejan un rastro inenarrable de residuos que perjudican a todo el que reside o pasa por los aledaños de las facultades.
Por eso, al que no conozca la dinámica de estas fiestas, le puede extrañar que hoy, día lectivo, se cierren a cal y canto las puertas de las facultades y se contraten más guardias de seguridad para controlar el evento.
No sé si será nostalgia de otros tiempos o sentido común, pero antes las fiestas universitarias eran más civilizadas y no se recurría tanto al botellón para celebrar un anticipo carnavalesco de la profana Navidad.
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patricia llamazares -