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josemarco

ECOS DEL FIN DE SEMANA

ECOS DEL FIN DE SEMANA

Ya ha pasado otro fin de semana de enero, relativamente tranquilo y apacible. La niebla nos ha dado un pequeño respiro y ayer, domingo, lució el sol de enero - ese sol con dientes que decían mis abuelos - para disfrute de todos, a pesar del ligero cierzo zaragozano.

El sábado estuvimos en el campo del Ranillas, muy cerca del futuro enclave de la Expo 2008. ¡Ya se empiezan a ver algunas máquinas! Ranillas nos reunió a los padres y seguidores del equipo de alevines de San José, grupo A, para presenciar el encuentro contra los locales, últimos en la tabla. El partido no tuvo color, fue un paseo. El 0-7 final lo dice todo. Javier anotó dos de los siete tantos. Ya lleva cinco goles en cuatro partidos. No está nada mal, teniendo en cuenta que juega de delantero desde hace pocas jornadas. Además, lleva el número 8, el de Cani, su ídolo, el de Riquelme,.. Porque lo que mejor se le da son las asistencias y jugar entre líneas: es generoso y tiene visión de juego. Pero, de momento, lo importante es que disfrute y gane amigos.

Por la tarde nos acercamos a la Romareda a ver otro Zaragoza-Atlético de Madrid. Fue un fiasco. Un fracaso. No tenemos laterales. Y los de la cantera - Camacho, Lafita, Chus Herrero - están marginados en la grada. ¿Para qué queremos siete extranjeros si con tres que destaquen tenemos de sobra? Y faltaba el genio, el ángel, el mejor: Rubén Gracia Cani. Esperemos vuelva pronto y dé alma a este equipo sin ideas. Menos mal que volvió Cuartero y que el de Ejea fue el mejor.

El domingo fue un día de paseos, de lectura, de familia. Y de contemplación de los tambores de Semana Santa, que ya han empezado a retumbar a orillas del Ebro. Paseos por el Tercer Cinturón y por la Avenida de Cataluña, decrépita y abandonada: ruinas, cemento, escombros y miseria. ¿Le llegará a esta zona de Zaragoza la tan cacareada campaña de cambio de imagen para el 2008? ¿Les llegará esta reforma a los barrios urbanos y rurales? Son dudas razonables a poco más de dos años de la inauguración del evento. Pero en Ranillas todo sigue igual. Tranquilo en exceso. Menos los desplazamientos en coche que saturan el Actur. Fiebre de las rebajas. Comprar por comprar. ¡Menos mal que ya se acaba la cuesta de enero!

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