AYALA CUMPLE CIEN AÑOS
Cien años son muchos años. Un siglo es un período aparentemente dilatado pero efímero y breve en el marco de la historia. Cifra redonda, fecha redonda a la que sólo unos privilegiados, como el escritor Francisco Ayala, han logrado llegar en aceptables condiciones físicas y mentales. Ayala recibe hoy un merecido homenaje en la Biblioteca Nacional. El escritor granadino evocará durante estos días su largo peregrinaje por Argentina, Puerto Rico, Chicago y Nueva York. El autor de El jardín de las delicias sigue con un admirable talante no exento de escepticismo y continúa con su juvenil curiosidad intelectual. Se dedica a vivir con intensidad un presente que se le escapa de las manos y no quiere pensar en el mañana. Para él no existe un futuro planificado, soñado o idealizado. Ha cumplido con creces sus aspiraciones y se dispone a dar el salto definitivo. Mientras tanto, le ilusiona que surjan nuevos lectores, personas inquietas y preocupadas por la cultura. Y no ve nada claro el mundo del porvenir. Prefiere recordar. Y compartir.
Una buena oportunidad para leer o releer su obra. Tengo en mis manos Recuerdos y olvidos y espero conocer mejor a este gran ensayista, crítico y autor de relatos breves y de gran densidad intelectual.
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