AQUELLOS VIERNES SANTOS
Aquellos Viernes Santos
de los años sesenta
vienen a mi memoria en estas fechas
distintas y distantes.
Recuerdo el Viernes Santo
de un pueblo de la sierra turolense
teñido de morados, de grises o de negros,
lleno de procesiones, de visitas sagradas, de silencios.
Recuerdo Viernes Santos de mi infancia
desde el púrpura triste en los altares
y los bares cerrados, y la gente acallada
por el sonido gris de las carraclas
y las campanas mudas en su espanto.
Recuerdo Viernes Santos en Aliaga
en los años felices de mi infancia
y casi me estremezco
al comprobar que el paso de los años
ha borrado aquel ambiente sacro
que inundaba las mentes y los actos
hasta de descreídos.
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