Y AHORA, ZAPATER
Cuando el zaragocismo no ha asimilado todavía la marcha de Rubén Gracia “Cani” al Villarreal, surge ahora un caso similar: el de Zapater. Se veía venir. ¿Qué ocurre con la cantera del Real Zaragoza? ¿Por qué se olvidan tan pronto de sus “queridos” colores? ¿Tan bien les van a tratar en su futuro club? ¿O es sólo por el quevedesco “poderoso caballero es don dinero”?
Esta vez la culpa no la tiene Solans. Ni siquiera el Consejo de Administración. La cruda realidad es que el jugador de Ejea, cuando apenas acaba de empezar a despuntar, pide el oro y el moro por medio de un representante sin escrúpulos. Y el club no está dispuesto a tirar la casa por la ventana. Si no lo hizo con Cani, ¿cómo lo va a hacer ahora?
De todos modos, el asunto es más complejo de lo que aparenta. Y la realidad es cruda y descarnada: se van los de casa y vienen foráneos. ¿Por qué? ¿Es que son mejores que los de la cantera? ¿Es que resultan más rentables al club? ¿Es que tienen más renombre internacional? No tengo nada contra los de fuera, siempre que marquen la diferencia. Lo más triste es que el desprecio a la cantera es evidente y pocos, muy pocos van a triunfar en su querido equipo. Ni mucho menos a jubilarse.
El aficionado está molesto y preocupado. ¿Será el principio del fin? ¡Ojalá me equivoque! Pero los síntomas no son nada buenos. Y si no que se lo pregunten al Real Madrid.
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victor -