RECORDAR ES VIVIR DE NUEVO
Recordar es vivir de nuevo. Recordar es revivir con nostalgia vivencias del pasado, experiencias de infancia y juventud casi perdidas en el túnel oscuro de la memoria. Esas han sido tus impresiones mientras te dirigías a los huertos del río La Val en Aliaga a colocar de nuevo la palanca que, una vez más, se han llevado las últimas riadas del mes de julio. Impresiones nostálgicas, impresiones de melancolía teñidas de amarillo, como el manto de las hojas que anuncian el otoño que acaba de comenzar. Recuerdos agridulces tamizados por una memoria selectiva: la recogida de leña de los chopos que flanquean el río, la recogida de fruta con carretillos con la rueda de hierro, el caudal más crecido de los ríos, las truchas y los barbos que pescabas en el pozo cobijado por la roca enhiesta de La Porra. Rosario de recuerdos ya lejanos que, con la ayuda de otros habitantes de Aliaga mayores que yo, conforman un tejido de vivencias que, de no plasmarlas por escrito, se perderán definitivamente.
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