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josemarco

EL PROBLEMA DEL ENVASADO

EL PROBLEMA DEL ENVASADO

     Hace pocos años, cuando ibas a comprar a la tienda del barrio o al supermercado más cercarno, podías adquirir deteminados productos a granel, sin necesidad de envases o de protección especial. Hoy día, sin embargo, el envasado en recipientes derivados del petróleo ha ganado tanto terreno, que incluso el pescado fresco aparece en estos recipientes atractivos y muy bien presentados.

     Ayer tarde tuve que ir a una pescadería de toda la vida - de las pocas que aún sobreviven en los mercados - para comprar unas piezas de pescadilla fresca. Me la entregaron envuelta en un papel y luego la empaquetaron en un pequeño plástico transparente. Eso sí, pude prescindir de esta bandeja efímera que acabaría en  pocos minutos en el cubo de la basura, como acaban tantas bolsas de plástico, un producto que contamina por doquier.

     Cuando viajé a los Estados Unidos, me sorprendió el uso casi generalizado de recipientes de papel en algunos supermercados. Creía que esta costumbre iba a llegar a España. Pero no ha sido así. La compra del fin de semana en los supermercados y grandes almacenes supone un consumo de millones de bolsas de vida efímera y de consecuencias negativas para la salud del planeta Tierra.

      La solución está, al parecer, a la vuelta de la esquina. En algunas autonomías ya premian al que recicla las bolsas de plástico utilizándolas de nuevo. En otras ciudades se vuelve a adoptar el uso del carro de la compra, bastante preterido últimamente. Porque la bolsa de plástico es, al parecer, bastante cómoda. Y no nos podemos permitir el lujo de despilfarrar un producto que sólo dura una media de 12 minutos. Si cobraran por su uso, tal vez algunos compradores volverían al carro, a la cesta o al capazo. Pero parece ser que el ciudadano no está, de momento, por la labor. Hasta que nos demos cuenta del negativo impacto ambiental y entonces quizás sea demasiado tarde.

1 comentario

ana a. -

Tienes muchísima razón. Generamos tanta basura... Y la mayor parte completamente innecesaria. Una vez, en Budapest mi amiga y yo fuimos al supermercado: no había bolsas. Todo el mundo llevaba su cesta de la compra. Nosotras, como no teníamos, debimos meter las latas en el bolso. No había otra opción. Saludos.