EN DEFENSA DE LAS MONTAÑAS
Las montañas del Pirineo aragonés están cada vez más amenazadas por la especulación, los megaproyectos urbanísticos y un mal ententido desarrollismo. Primero fue Jaca, luego la zona de Villanúa-Canfranc, y ahora le toca el turno a una de las zonas vírgenes del Pirinero, el valle de Castanesa, el más oriental de Aragón.
Los ecologistas y otros colectivos sociales se van a unir mañana por la noche en la sala multiusos y quieren hacerse oír por medio de las voces de Amaral, Violadores del Verso y otros grupos de rap, rock y pop. Van a ser necesarias muchas voces y quizás otros conciertos para detener o aminorar esos planes urbanísticos salvajes que barajan la construcción de una urbanización de 4.000 apartamentos en este hermoso valle de la Ribagorza oriental.
Aunque he ascendido al Aneto y he disfrutado de semanas de acampada en Castejón de Sos y en Benasque, no conozco todavía el valle de Castanesa. Tengo intención de acercarme cuanto antes a contemplar este paisaje, no sea que las excavadoras comiencen en la próxima primavera a llevarse por delante todo lo que la naturaleza ha tardado siglos en modelar. Porque es una pena que los intereses económicos prevalezcan, una vez más, sobre los intereses ecológicos. La reflexión es evidente: ¿Qué patrimonio natural van a heredar las próximas generaciones? ¿Cómo van a encontrar los pocos valles del Pirineo aragonés que aún están protegidos y medianamente cuidados?
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