PARÉNTESIS ESTIVAL
Se desliza el verano entre naranjos.
Caminos polvorientos
surcados del silencio
de una tarde de agosto.
A lo lejos,
una ligera bruma
envuelve las pequeñas montañas
del Levante.
Eminencias desnudas.
Amenaza constante de cemento y asfalto en lugares
recónditos.
Se desliza el verano sosegado.
Verano de contrastes,
de altibajos,
de crudas paradojas.
Las playas, atestadas.
Las terrazas pobladas de turistas.
La crisis aparcada
indefinidamente.
Se desliza el verano entre quimeras.
Entre sueños, recuerdos
y nostalgia.
Un verano que apunta hacia el futuro.
Crepúsculo estival en el Levante.
La brisa es un regalo en estas
horas muertas.
Mientras tanto,
los problemas esperan,
se toman un respiro.
Y la vida discurre por caminos
abiertos.
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