LA NUEVA UNIVERSIDAD
Esta mañana hemos asistido a una intensa sesión de trabajo en el aula magna de la facultad de Derecho de Zaragoza. Se nos ha convocado a los orientadores y a los miembros de los equipos directivos para explicarnos las bondades y ventajas del nuevo Espacio Europeo de Educación Superior. El llamado Plan Bolonia - por la Declaración que firmaron en 1999 los Ministros de Educación Europea en esta ciudad italiana, ya no tiene marcha atrás. A pesar de los recelos que está despertando por parte de un numeroso grupo de estudiantes y de algunos profesores, a partir del 2010 nacerá una nueva filosofía del aprendizaje. Ya no se hablará de licenciaturas o diplomaturas; se hablará de grados y de másteres. Ya no se hablará de horas de clase presenciales o de trimestres o cuatrimestres; se hablará de créditos y de períodos de dedicación.
El Plan Bolonia va a suponer, por tanto, un cambio de mentalidad. Y los cambios siempre son difíciles, e incluso dolorosos. Sobre todo si nacen con la polémica, la confusión y gran cantidad de prejuicios. Por eso nos han hablado esta mañana de sus bondades - que son muchas - y han omitido sus problemas e inevitables consecuencias. Lo que está claro es que 46 países han firmado ya el protocolo de Bolonia. Por eso, España no se puede quedar al margen. Se trata de crear una identidad europea común, de favorecer la pluralidad, la movilidad y la diversidad, de fomentar el trabajo personal, de abandonar progresivamente las clases magistrales, de devolver al estudiante la capacidad de iniciativa, de fomentar el diálogo y de aprender del entorno social más cercano.
Nadie pone en duda estas bondades, pero son muchos los interrogantes que se plantean tanto los docentes como los estudiantes. ¿Cómo se subvencionarán los másteres oficiales? ¿Cuál será el futuro de muchas universidades públicas? ¿Cuál será el papel de las empresas privadas? ¿Qué ocurrirá con algunas carreras de Humanidades? ¿Por qué los profesores de Secundaria deberán realizar un máster? ¿Por qué los futuros abogados necesitarán más de un título para poder ejercer? ¿Qué ocurrirá con los alumnos que no terminen alguna de las licenciaturas?
El curso 2010-2011 está a la vuelta de la esquina. Y, al parecer, todavía hay muchos aspectos que aclarar. La improvisación no es buena consejera. Es de esperar se llegue a tiempo y se reflexione más sobre el futuro de la Universidad. Nuestros estudiantes saldrán beneficiados si todo se programa con coherencia y flexibilidad.
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