SUEÑOS FRUSTRADOS
En la tercera década del siglo XX, concretamente en 1927, comenzó un sueño que - como tantos otros - no llegó a convertirse en realidad. Se trataba de la construcción de una línea de ferrocarril entre Teruel y Alcañiz, que enlazaría con Mequinenza y que llegaría hasta el sur de Francia. Pero, después de varias interrupciones, en 1935 se abandonó una empresa que, al parecer, no parecía rentable. Las dificultades económicas, la falta de voluntad política y la inminencia de la guerra, dejaron un rastro de miseria y abandono y, lo que es peor, cientos de operarios se quedaron en sin trabajo.
La plataforma "Teruel Existe" y otros colectivos sociales proponen desde hace meses aprovechar el frustrado ferrocarril para una vía verde, que podría enlazar en Utrillas con la de Zaragoza, o para un proyecto turístico de envergadura. Todo lo que se proponga es positivo, siempre que se lleve a cabo y no se convierta en otro sueño frustrado. Cuando la crisis económica golpea por los cuatro costados, es difícil que empresas ambiciosas se realicen. De todos modos, el proyecto que se propone no sería demasiado gravoso para las arcas públicas y redundaría en la calidad de vida de los habitantes de unas comarcas cada vez más deprimidas, especialmente la comarca de las Cuencas Mineras.
Cada vez que utilizo la Nacional 420, contemplo la estación de Alfambra, con una escultura alegórica al respecto; la estación de Perales de Alfambra, que está siendo recuperada por el municipio; el puente de la Venta con la escultura de "El Sueño". Y comienzo a soñar y a imaginar qué futuro les espera a estas tierras dejadas de la mano de Dios y de los hombres. Y comienzo a pensar qué habría ocurrido si esa línea que se comenzó a construir hace casi cien años hubiera llegado a feliz término. Son sueños utópicos, sueños frustrados, como los que quedaron inacabados en 1935.
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