DE LARRA A FRANCISCO UMBRAL
Ayer por la noche tuvo lugar en la sala Príncipe de Asturias del Euroforum Felipe II un acto en recuerdo al escritor, ensayista, periodista y poeta Francisco Umbral (1932-2007). Este homenaje, impulsado por la Fundación Francisco Umbral y programado por la Universidad Complutense dentro de los Cursos de Verano 2010, reunió a un grupo de intelectuales muy ligados durante su vida al escritor de raíces vallisoletanas.
En la mesa presidencial estuvo presente su viuda María España y el escritor Manuel Hidalgo, que presentó este acto tan entrañable. A pocos metros, y a modo de escenario, presidió el acto de modo simbólico una reproducción al natural del escritor con su bufanda blanca, sus inconfundibles gafas y su máquina de escribir Olivetti.
Las intervenciones de los protagonistas de este homenaje fueron variadas, sinceras y emotivas. El actor y director teatral Pepe Martín dio lectura a algunos de los poemas de Umbral. Los escritores Fanny Rubio, Jesús Ferrero y Lourdes Ventura elogiaron la labor literaria de Paco Umbral y valoraron su trayectoria, como admirador y seguidor de Larra – primer periodista moderno – de Plá y de González Ruano. La intervención de Raúl del Pozo, que ha heredado la tarea de columnista en El Mundo – sección “El mundo de la calle” – fue especialmente emotiva, ya que lo sigue admirando como un maestro del ensayo y como uno de los mejores literatos del siglo XX. Cerró el acto el exministro de Cultura César Antonio Molina, admirador de Umbral e impulsor de numerosos homenajes y eventos culturales.
Mi experiencia como lector de Umbral comenzó en los años 70. Recuerdo la lectura de la obra autobiográfica Mortal y rosa (1975), dolorido homenaje a su hijo fallecido y de la novela La noche que llegué al café Gijón (1977), que retrata con nitidez e ironía el ambiente cultural del Madrid de la época. Recuerdo sus columnas en El País – Spleen de Madrid – y sus clarividentes ensayos en homenaje a Baudelaire, a Valle-Inclán o a Gómez de la Serna. Umbral sigue vivo entre nosotros. Esa fue la sensación de todos los que asistimos al acto en esta noche literaria y cultural.
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