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josemarco

EDUARDO MENDOZA, UN EXCELENTE FABULADOR

EDUARDO MENDOZA, UN EXCELENTE FABULADOR

    En poco más de dos semanas, han sido galardonados con tres merecidos reconocimientos los escritores Mario Vargas Llosa, premio Nobel; Javier Cercas, premio Nacional de Narrativa y Eduardo Mendoza, premio Planeta. En mi modesta opinión son tres escritores de primera fila, tres narradores densos, profundos, tres literatos que se convertirán en clásicos de las letras castellanas.

    ¿Qué voy a decir de Eduardo Mendoza que no hayan publicado durante las últimas horas los distintos medios de comunicación? En su página web podemos encontrar toda la información relativa a este escritor barcelonés que ha elevado la narrativa de las últimas décadas a la categoría de lo exquisito.

    Voy a hablar brevemente de ese autor que descubrí con la lectura de su novela La verdad sobre el caso Savolta (1975), que marcó un antes y un después en la narrativa española. El autor se vio obligado por la censura - todavía vivía Franco - a cambiar su título original Los soldados de Cataluña. Vendrían después una serie de novelas detectivescas plasmadas en una trilogía encabezada por El misterio de la cripta embrujada (1979). Pero momento culminante de su trayectoria literaria le llegó con la publicación en 1986 de su obra maestra - injustamente valorada por algunos medios - La ciudad de los prodigios (1986). Luego vendrían obras "menores" como Sin noticias de Gurb (1991), El año del diluvio (1992) o Una comedia ligera (1996). Pero la novela en la que se muestra la evolución social y humana de Barcelona entre las dos exposiciones universales de 1888 y 1929 merece un capítulo especial. La he leído y releído, la he trabajado con alumnos de bachillerato. Y nunca, nunca me ha decepcionado. Si tuviera que ponerla entre las diez mejores novelas en lengua castellana del siglo XX, allí estaría, sin lugar a dudas.

    No sé cómo será su última novela, Riña de gatos. Madrid 1936. Creo que no me decepcionará. Eduardo Mendoza se mueve como un pez en el agua en los terrenos de la historia y las convulsiones sociales. Y la obtención de este merecido premio dará a conocer el resto de sus obras. Una buena noticia para Eduardo; una buena noticia para la editorial Planeta.

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