Blogia
josemarco

TARDE DE NOVIEMBRE

TARDE DE NOVIEMBRE

     Nunca me ha gustado el día de Todos los Santos. Ni siquiera cuando era pequeño. Ese ir y venir a los cementerios, esos simulacros encubiertos, esa solapada hipocresía, ese tener que recordar a nuestros seres queridos precisamente este primer día de noviembre. Flores y más flores; velas y más velas; recuerdos, nostalgias y sensación agridulce típicamente otoñal.

     Cada ver recuerdo más al gran escritor romántico Mariano José de Larra, que en su famoso artículo Noche de difuntos de 1836 caricaturizó y criticó con amargura esa peregrinación casi rutinaria al camposanto madrileño. Otros literatos como Leopoldo Alas Clarín en La Regenta han plasmado con realismo las vivencias, emociones y sentimientos que despierta este día. Un día presidido por el sonido lánguido de las campanas, por las hileras de nichos más o menos engalanados, por los recientes jardines de la memoria.

     Es verdad que no hay que olvidarse de los que han compartido parte de nuestra vida. Pero para ello no es necesario fijar un día en el que unánimemente les recordemos de uno u otro modo. No sé si se perderá esta tradición cristiana. Tal vez con las incineraciones - que en algunas ciudades como Zaragoza  ya superan el cincuenta por ciento - las flores y las velas vayan pasando poco a poco a segundo plano. Y los rituales y ceremonias cedan el paso al sentimiento auténtico del corazón. Lo malo es que, desde hace unos años, la tradición anglosajona del Halloween está alcanzando cada vez más protagonismo. ¿Es otra manera de recordar a los muertos? ¿O de caricaturizar a la dama de blando? ¿O de buscar un hueco más para el ocio y el consumismo? Eso me parece a mí. Pero está claro que la seriedad, la tristeza y el recogimiento van cediendo el puesto al jolgorio y la alegría desbocada. Es el signo de los tiempos. El triunfo de lo macabro y de lo grotesco.

     Pero, a pesar de todo, seguiré considerando a noviembre como un mes anodino y a este día inaugural como una fecha inoportuna y artificial. Como tantas otras.

0 comentarios